31/5/16

en qué ahorrar, y en qué derrochar...

PD1: La bondad de ahorrar y en que cosas hay que derrochar:

Siete cosas que no deberías ahorrar

Ahorrar es una conducta responsable. Permite tener una vejez más tranquila. De hecho, la idea de vivir económicamente al día genera ansiedad a la población. Ahorrar forma parte de la educación financiera que no hemos recibido en el colegio y que debería ser una asignatura pendiente, como otras relacionadas con la gestión emocional. Pero ahorrar es algo más que guardar dinero: ahorramos agua para no malgastarla, ahorramos cuando comemos lo que necesitamos y no lo que nuestros ojos deseosos nos piden, ahorramos cuando nos comportamos de forma solidaria y responsable. El mismo cuerpo y la misma mente se comportan de forma inteligente cuando ahorran energía. Pongamos un ejemplo. Vas a jugar un partido contra el Barcelona o el Real Madrid. Son rivales con los que necesitas invertir toda tu concentración, todo tu talento y la capacidad de trabajar en equipo, porque de no hacerlo y reservarte algo, te ganan. Tu mente entiende que no es el momento de ahorrar. Pero, en cambio, si te enfrentas en un concurso matemático con niños de primaria, siendo tú un adulto, tu cerebro entenderá que puedes funcionar a medio gas porque el reto es fácilmente asumible. En este caso, ahorrará energía para que la tengas disponible en otra ocasión que te haga falta. Ahorrar, para el ser humano, significa responsabilidad.

Pero hay cosas, que más que ahorrarse, requieren derroche. Sí, abundancia. ¿Cuáles son?

1. Puedes derrochar amabilidad, independientemente de cómo te traten los demás. Ser amable supone contestar de modo que el otro no se sienta mal, no dar un “zasca en toda la boca”, sonreír, pedir todo por favor y dar las gracias, utilizar palabras como “serías tan amable de…”. En definitiva, hacer un esfuerzo para que el otro se sienta bien cuando tratas con él. Las personas amables también muestran paciencia a la hora de esperar.

2. Derrocha respeto. La educación y el respeto son los valores que permiten a las personas tener armonía en las relaciones sociales. Cuando están presentes, podemos ser nosotros mismos, sin sentirnos atacados ni ridiculizados. Tratar con respeto es aceptar las diferencias. Ser respetuoso es comportarte de forma cívica, esperar tu turno, cuidar el medio ambiente, no cruzar los límites aunque no te pillen. Es comportarte de la forma en cómo te gustaría que tu vecino se comportara contigo y con el entorno.

3. Muestras de afecto y cariño. Decir “te quiero” o “estás preciosa”, un abrazo de oso, coger a la pareja de la mano, mirarla con dulzura, una nota de disculpa, un beso inesperado, felicitar a alguien por algo, decirle a tus hijos que estás orgulloso de ellos, etc. Las muestras de cariño pueden ser infinitas. La mayoría de nosotros nos sentimos muy agradecidos cuando otros nos muestran su amor y su afecto.

4. Generosidad. Las personas generosas se ofrecen a los demás antes de ser necesitados, se anticipan prestando su ayuda. La generosidad no tiene por qué ser algo material, como hacer un buen regalo. Puedes ser generoso con tu tiempo, con tu escucha, cocinando algo para alguien. Ser generoso no es poner a los demás siempre antes que a ti. Ser generoso es pensar en qué agradar a los demás, ser detallista y mostrarles que piensas en ellos y les ayudas a cubrir sus necesidades.

5. Humor. El humor es la salsa de la vida. Nos tomamos la vida demasiado en serio porque asociamos la seriedad con la responsabilidad y con la madurez, pero no tienen nada que ver. Tomarse la vida y los problemas en clave de humor nos permite tener una perspectiva más relajada y creativa para poder afrontarlos. Ríete con las tonterías y los vídeos de tus hijos, ten complicidad con tu pareja cuando se carcajee con alguna chorrada, deja el mal humor y la ira para cuando tengas una verdadera amenaza. Y trata de reírte de ti mismo, ridiculízate y frivolízate. Si fuéramos un poco más divertidos, nuestra salud se beneficiaría muchísimo.

6. Derrocha paciencia. La paciencia es la habilidad de esperar tu momento con buena actitud. Y si no la tienes, el principal perjudicado eres tú. La vida tiene un ritmo que no siempre coincide con tus exigencias, así que comportarte de forma impaciente te llevará a tener ira y frustración, pero no a adelantarte a los acontecimientos. Respira, utiliza palabras como “calma” y acepta el ritmo de las cosas que no dependan de ti.

7. Empatía y comprensión. Ponerte en el lugar del otro es de los momentos más gratificantes para quien está contigo. Lo fácil es juzgar desde tu punto de vista. Trata de derrochar fantasía para entender qué le pasa y qué siente la otra persona. Así será mucho más fácil comprender por qué actúa de una manera determinada y también te ayudará a solucionar problemas que se enquistan porque cada uno defiende lo suyo sin conocer lo del otro. Olvida el “y tú más” y el “anda que tú”, para pensar qué siente y por qué lo siente.

Derrocha todo lo que te haga feliz, con sentido común y valorando las consecuencias. A mí me encanta correr y comer chocolate, pero son dos actividades que necesito dosificar. No con todo se puede derrochar.

30/5/16

no es ser de un club

PD3: "Ser cristiano no significa pertenecer a una cierta cultura, sino unir cada momento de nuestra vida a Jesús", Papa Francisco.

27/5/16

¿Has estado en Tierra Santa?

PD2: Si no has estado nunca en Tierra Santa, seguro que te gusta ver esta presentación en 3D. Es como si estuvieras ahí ahora mismo… Y si ya has estado, ¿recuerdas lo que vistes?

26/5/16

menos culto al cuerpo...

PD3: Pensamos demasiado en nuestro cuerpo. Le tenemos más aprecio que a cualquier otra cosa del mundo. Queremos que nos dure lo máximo posible, ya que muchos piensan que no hay nada después, que luego de vivir ochenta y tantos años, todo se acaba… Y venga, a darle al cuerpo lo que sea, exceso de comida, demasiada bebida y muchas guarrerías…
Pero sorprende que la dieta mediterránea, rica en verduras y fruta, no sea tan amplia como en otros países que no tienen nuestra huerta y frutales:
Pocas verduras se zampan los españoles, vis a vis:
Mejor en fruta:
Menos culto al cuerpo y más culto al espíritu, pero que no sea al yoga… please!!! Menos vaciarse la mente, y más llenarla con cosas buenas, con mucho amor…

25/5/16

no todo es consumir...

PD1: Nos recomiendan que salgamos de la crisis consumiendo…
Con todas las mierdas que se acumulan en las casas, con todo lo que se acaba comprando para usar solo una vez, con todo el dinero que derrochamos en memeces…, no tiene sentido. Se saldrá de la crisis reduciendo deudas, ahorrando para el futuro, invirtiendo, comprando solo lo que se necesita… Si volvemos a consumir a lo “yanqui”, lo llevaremos de nuevo clarinete… Todo es consumir, consumir, consumir… ¡qué hartazgo! ¡Qué ganas de no necesitar nada, salvo a Dios! Además, ¡qué poco llenan las cosas, y cuánta alegría nos dan las cosas de Dios!

24/5/16

gente feliz

PD1: ¿Eres feliz? ¿A qué esperas para serlo?

Características de las personas felices

Si no las tienes, ¿a qué esperas? ¡Es simple!

Se han hecho muchos estudios sobre la felicidad. Siempre nos hacemos la misma pregunta: ¿Cómo podré ser más feliz? ¿Cómo hago para acabar con la pena y vivir feliz el presente que me toca vivir?

Tenemos un anhelo de felicidad eterna en el alma. Queremos que la alegría dure siempre. Que la paz nunca muera.

Dicen los estudiosos que las personas más felices son los que han invertido su tiempo en estar con otras personas. Aquellos que han elegido dar y no guardar, entregar la vida y no retenerla. Son aquellos que tienen claras sus prioridades y han optado por servir la vida ajena.

Han jugado el partido de su vida en el que ellos eran los protagonistas. No se han dejado vivir, han vivido. Han elegido bien sus decisiones. Se han desgastado amando. No han seguido las presiones del mundo.

Han entregado sus vidas en un esfuerzo por hacer más feliz la vida de los otros. Han acompañado a los que sufrían. Se han preocupado de los que tenían menos. Han invertido su tiempo en tareas poco remuneradas.

Se han dado sin esperar tanto a cambio en un mundo en el que tantos desean obtener muchas ganancias invirtiendo poco esfuerzo. Han amado y han sido amados. No siempre obtuvieron premio por su entrega. No siempre recibieron gratitud cuando se dieron. Pero no perdieron la sonrisa del alma.

Dicen que hay dos sonrisas. Una la que se ve siempre. Está en la superficie del rostro y disimula a veces una tristeza pesada y grave, algo más honda. Esa sonrisa forzada alimenta a veces sólo una imagen falsa. Es importante, porque todos la ven. Pero es triste, cuando no refleja una alegría verdadera.

Hay otra sonrisa más oculta, más honda, más verdadera. Se ve en destellos de luz que deja ver la mirada. Esta sonrisa no todos la perciben. A veces vive oculta detrás de las lágrimas del dolor, o escondida en duras experiencias que tiene la vida.

Pero no por ello muere. Sigue vibrando en lo más hondo del corazón. Esa sonrisa es la firma de la felicidad más verdadera. Estoy seguro.

Aquellos que desgastan su vida por amor la poseen. Aquellos que se entregan sin temer perder lo que hoy tienen. Aquellos que no pretenden puestos, ni cargos importantes. Los que no aspiran a un reconocimiento global por su generosidad sincera.

Aquellos que han decidido amar para ser más felices. Y viven, y se desgastan, y sonríen con el alma. Los que no buscan siempre la victoria en la vida. Y saben conservar una sonrisa sabia detrás de muchas derrotas.

Aquellos que han decidido mantener el equilibrio después de muchos golpes y caídas. Esos son los más felices.

Y la sonrisa del alma no se borra en medio del barro y de la lluvia. La conservan. Está grabada a fuego.

Yo quiero ser así, vivir así, sonreír así. Conservar en el alma una sonrisa eterna. Vivir sin miedo a que me derriben. Porque ya lo he dado todo. Porque no temo perder nada.

Dicen al mismo tiempo que las personas más infelices son las que han pasado su vida preocupadas de ser más felices ellas mismas. Preocupadas de tener más, de lograr más, de guardar más su vida para no perderla. Sin mirar a nadie.

El camino de la felicidad pasa por esa entrega personal y sincera. El camino de la felicidad pasa por agradecer siempre. A Dios, a los hombres, a la vida, a mí mismo. Agradecerle a Dios por lo que yo soy. Por lo que vivo. Abrazando mi fragilidad y mi miseria. Si me abrazo a mí mismo, podré abrazar a otros.

Quiero agradecer a Dios por mi vida. Así podré aprender a agradecer a tantos.

23/5/16

conciencia versus reputación

PD3: Lo más importante que tiene un ser humano es la conciencia, y esto es lo que nos diferencia de otros seres vivos… Pero qué descuidada la tenemos muchas veces… Estamos más preocupados por el qué dirán de nosotros, de nuestra reputación, de lo que piensan de mi mis amigos, mis compañeros de trabajo…, que de mostrarme como soy de verdad…

20/5/16

ofrecer todo lo que hacemos

PD3: Podemos convertir el día entero en una plegaria continua, ofreciendo todo a Dios, las cosas ordinarias que hacemos cada día, los que hacemos en casa, en el trabajo, nuestros afectos por la gente que nos rodea, las sonrisas que vamos regalando a conocidos y desconocidos…

Nuestro trabajo lo debemos hacer bien ya que se lo hemos ofrecido a Dios. Estamos rezando mientras trabajamos. No esperamos nada a cambio. No lo hacemos bien porque nos vayan a dar una palmadita, porque busquemos un mérito, o por ganar más dinero… Es para darle Gloria a Dios.

Al ofrecer el trabajo a Dios vivimos una vida contemplativa de oración.

19/5/16

persona a persona

PD4: No esperes que los lideres sean los que te resuelven tus problemas. Los tienes que afrontar tu mismo. Y en la ayuda al prójimo también, no esperes que al prójimo le va a ayudar nadie… Se proactivo…, uno a uno, a todos…, persona a persona. Primero lo material, luego lo espiritual.

18/5/16

qué hacer con los mayores

PD1: Muy bueno!!! Lo que hay que hacer con los mayores:
A pesar de que la esperanza y la calidad de vida cada vez son mayores, tarde o temprano llega un momento en el que los seres queridos nos dicen adiós. A veces tenemos la suerte de poder prepararnos para el momento. Esto significa poder disfrutar de la persona, recordar, solventar conflictos y mostrarles todo nuestro amor y afecto. Pero otras veces nos pilla de sopetón. Un accidente, una muerte repentina, la distancia… El desarrollo del duelo dependerá en gran parte de cómo hayamos gestionado la calidad de la relación en vida.
Con las personas de confianza solemos relajarnos en exceso, por la simple conclusión de que el amor incondicional lo aguanta todo. Y bajo esa estúpida premisa, hablamos a nuestros mayores con un tono irascible, incluso desquiciado, fruto de la ansiedad del trabajo, las prisas del mundo tecnológico, las frustraciones con los hijos y la familia, como si los mayores fueran el cubo de la basura en el que poder verter todo. Total, como es tu madre o tu padre, están obligados a que te vacíes con ellos.
No solo les cuentan todos los problemas, sino que la gente suele ser poco transigente con ellos. Los mayores han sido las personas que han resuelto problemas cuando tú eras pequeño; tenían liderazgo, tomaban decisiones, te protegían, eran resolutivos, tenían autonomía, y ahora te cuesta ver esa imagen en la que se les caen las cosas, dudan, olvidan y se sienten inseguros. Sueles ir tan alterado, que no les dejas pasar ni una. Si se olvidan de su cita con el médico, les gruñes; si cometen alguna torpeza y tiran algo, te alteras; si preguntan tres veces por lo mismo, les dices que ¡hay que ver!, con lo que eran, y que ahora lo preguntan todo, y si te dan un consejo, respondes: “Mamá, es que no te enteras de nada”. Es cierto, se enteran de poco, pero nosotros también. El mundo corre a una velocidad vertiginosa y a muchos de ellos no les da tiempo a ponerse al día. Las facultades empiezan a flaquear, se deprimen y se sienten ansiosos por no tener las capacidades de antaño. Cuanto más regañes a tus mayores, más torpes se mostrarán. Es muy cruel hablarles de forma que pueda hacerles sentirse ridículos. Cada vez que les corriges, les gritas o les faltas al respeto, no estás siendo empático con su situación ni con su edad.
Cuando hablas mal a tus mayores, terminas por sentirte culpable, sientes remordimientos y piensas: “Mañana les llamaré y hablaré con ellos”. Pero no siempre hay un mañana.
1. Sé dulce, amable y cariñoso con ellos. Utiliza palabras cargadas de emociones.
2. No hagas reproches del pasado, ya no hay tiempo para corregirlos.
3. Toca, besa, abraza…
4. Sé paciente con ellos. No es la persona que te acompañaba al colegio, ni la que te resolvía tus problemas de joven. Es alguien con más edad, con dificultades para expresarse, para sujetar las cosas, para recordar lo que te ha dicho hace media hora.
5. No lo corrijas todo. Deja que se equivoquen. Si estás continuamente diciéndole que todo lo hace mal, ocurre como con los niños: le harás sentirse triste y bajarás su autoestima.
6. Escucha sus batallitas. Sí, las repiten una y otra vez, te las sabes de memoria, pero a ellos les encanta y les lleva a un momento maravilloso de sus vidas. E invita a tus hijos a que las escuchen. Los abuelos son cuentacuentos.
7. Sé empático con su punto de vista y con sus valores. Tú has evolucionado, pero ellos no siempre lo han conseguido. Sus ideas políticas, religiosas, sus costumbres, lo que se hacía “en sus tiempos”, para ellos sigue vigente. Ni tú los vas a cambiar, ni ellos a ti. Pero respetarse es fundamental.
8. Si no tienes ganas de oír los consejos que a veces dan, dilo de forma amable, pero no los subestimes: “Menuda tontería piensas, eso ya no es así”. Es más fácil sustituirlo por: “Mamá, eso ahora es anticuadillo; mira, ahora se lleva esto”. Así también los podrás hacer partícipes de tu momento.
Trata a tus mayores como si mañana –mañana no dicho en modo figurado, sino mañana, mañana– no fueran a estar contigo. No te confíes, no siempre tendrás la oportunidad de corregir lo que haya sido un agravio.

17/5/16

sensación de paz, de alegría...

PD3: Esa sensación de paz, de alegría, que sientes cuando sales de confesarte, por muchas barbaridades que hayas hecho, por muy lejos que hayas estado de Dios…, ¿te la pierdes?

13/5/16

Este es el modelo

PD2: Es una cuestión de tener o no tener valores:

Los valores se pueden cambiar:

  Aprende a evaluar correctamente la realidad, porque lo que te gusta no siempre coincide con lo que te conviene. Muy claro en la comida y la bebida, pero también en nuestra manera de vivir en sociedad.

  Conoce tus motivaciones: ¿por qué hago esto? No te dejes enredar, no racionalices tus decisiones, diciendo que lo haces por los demás, por servicio… Anda, di la verdad; si no, es como hacer trampas en el solitario.

  Ten en cuenta las consecuencias de tus acciones sobre ti mismo. Todas. Una mentira te ahorra un mal trago (consecuencia positiva), pero te hace mentiroso y facilita que digas más mentiras en adelante (consecuencia negativa).

  Y las consecuencias para los demás. Mentir al cliente te permite una venta cómoda, pero, ¿te gustaría ser tú el cliente engañado?

  Esfuérzate por descubrir las necesidades de los demás y tenerlas en cuenta. "Yo ya sé lo que les conviene". A ver: ¿estás seguro?

  Sal de la dualidad "bueno o malo" y piensa "lo mejor".

  Elimina las actuaciones tuyas que muevan a otro a actuar egoístamente, y habrás mejorado tu entorno moral.

  Ayuda a los otros a conocer los motivos de sus actuaciones, como hiciste con las tuyas. Para que ellos mejoren, claro, pero también para que mejores tú.

  Ayuda a los demás a conocer los efectos de sus acciones sobre ellos mismos y sobre los demás, por las mismas razones por las que lo pensaste para ti mismo.

  Fíate de los demás. Dales confianza, y que lo sepan. Si te preguntan ¿qué hago?, contéstales: tú mismo, piensa lo que debes hacer.

  Y deja que se equivoquen. Házselo notar, pero no les quitas responsabilidad: si no, nunca mejorarán como personas -y tú nunca mejorarás como líder.

  Sé ejemplar. Los valores no son abstractos: se aprenden en las conductas de las personas. Y esta vez te toca a ti ser el modelo.

  No confíes en tu instinto ético: estudia, pregunta, pide consejo…

  Entrénate para hacer el bien. ¿Cómo? Haciendo siempre lo que debes hacer, pero bien hecho.

  Proponte actuar por motivaciones superiores, no solo por el premio o el castigo.

  Vence la tentación de hacer lo que te gusta.

  Si te equivocas, reconócelo, pide perdón y vuelve a empezar. No perderás la apreciación de los demás.

  Complícate la vida. Vivir de acuerdo con los valores no es garantía de vida cómoda.

Con que hiciéramos bien unas cuantas, qué mejor nos iría…

12/5/16

morriña

PD5: Como echo de menos a mi niña. La dejamos en Poitiers el fin de semana pasado…, tras hacernos 2000 km en coche…

Se nos queda 6 semanas estudiando francés. Pero es que tiene solo 12 añitos… Cada día, cada rato, rezo por ella para que esté bien. No nos dejan llamarla hasta el día 22/5 para que no le entre morriña… Y la mía, ¿qué? Si llego a saber que me iba a costar tanto no verla a diario, no la hubiera dejado ir…

11/5/16

no se debe querer cambiar al otro

PD2: Una de las mayores muestras de amor en un matrimonio es no querer cambiar al otro.

Lo cual, cambiarlo, dicho sea de paso, es casi imposible.

10/5/16

¿Qué hacer cuando nos jubilamos?

PD4: Y cuando nos jubilemos, debemos seguir haciendo más cosas por los demás, por la esposa también… Tendremos más tiempo que debemos saber utilizar, y si no se te ocurre qué hacer, pregunta.

El día que me Jubilé, me sentí el hombre más feliz del mundo, por fin podría vivir sin madrugar. 

Pero mi mujer pensaba otra cosa y ya el primer día, subió la persiana a las 8.

- Arriba que tengo que hacer la cama.

!!Coño!!, las 8 y ya tenía que hacer la cama. Fui para el salón, me siento en el sofá y dice:

- ¡¡¡Qué bién estas* sin* hacer* nada!!!

Levanta que tengo que pasar el aspirador. Qué... ¿piensas pasar toda la jubilación* "tirao" en el sofá?

Toda la Jubilación?,….** ¡¡Si era el primer día!!

Para no discutir me fui a dar un paseo, me junte con más compañeros y ahora somos unos… 23.* Vamos todos juntos.* A las 9 ya no hay quien ande, "todo lleno" de gente.* Así que* empezamos a madrugar cada vez más y ahora ya nos levantamos a las 5 y media,… ¡¡ pa poder caminar tranquilos !!

Vuelvo a casa, me aseo y al volver a salir,* ya desde el primer día,* me dice:

- A la vez que vienes tráete el pan, anda.

Luego fueron los tomates, las patatas... To lo que se la olvidaba a ella.

Ayer ya me hizo encargado general de compras.

Ahora tengo que hacer la compra y quiere que gaste poco, así que: el azúcar voy a comprarlo al Lidel, el aceite en Mercadona, el detergente en Pryca, la fruta al chino, y los yogures en el Dia.

A mis amigos les pasó lo mismo y como somos jubilados, que no tontos, nos separamos en grupos y vamos cada grupo para un lado, para ganar tiempo, luego repartimos las cosas y hacemos cuentas.

A las 11 nos toca la revisión de obras, tenemos controladas 18. Vamos "payá" y nos apalancamos los 23 para un lado de la obra. En el centro, que es el mejor sitio, no podemos ponernos, eso está reservado para los retirados, los más antiguos…

Ayer un jubilado de banca dijo que estaban mal puestos unos ladrillos, ¡¡ Se armó la de Dios !!

En el grupo mío hay uno que fue albañil y dijo:

- Tú que sabrás..., patoso, si siempre estuviste en el banco calentando la silla. Lo sabré yo, que soy albañil.

Y dijo otro:

- Que soy no..., dirás que fuiste.

- Es lo mismo, eso nunca se olvida. Es como montar en bici.

A las 6 ya me están llamando, la mujer y la hija, para ir de cursillos.

- ¿Qué pasa? 

¿Vas a estar jubilado sin hacer nada?

¡¡Se te atrofia la cabeza!!

Así que: lunes y miércoles tengo internet, martes y jueves, encaje de bolillos y el viernes,… el viernes, baile. El sábado a yoga....

A las 10, después de cenar, me siento en el sofá y caigo frito. Es entonces* cuando siento un codazo en el hombro…

- ¡¡Venga, vete a la cama que ya estas roncando!!

No, ¡¡si debes estar "reventáo" de estar todo día sin hacer nada!!

Joder con estar jubilado......

6/5/16

la herencia familiar

PD3: La herencia no es sólo un tema monetario, es una trasmisión de cómo se ve la vida, cómo nos aproximamos a los demás…, cómo nos damos.

La herencia familiar no consiste tanto en lo que los padres "dan" a los hijos, sino en su "renuncia" por ellos...

5/5/16

¿tu marido te da la felicidad?

PD2: Sobre la felicidad…

¿Te hace feliz tu marido?

En un seminario para parejas en la Universidad de Fresno (California), uno de los conferencistas le preguntó a una de las esposas: “¿Su marido la hace feliz? ¿Él la hace feliz de verdad?”.

En ese momento, el marido levantó la cabeza, demostrando total seguridad. Él sabía que su esposa diría que sí, pues ella jamás se había quejado de algo durante su matrimonio.

Sin embargo, su esposa respondió a la pregunta con un sonoro “No”, de esos ¡bien rotundos!

“¡No, mi marido no me hace feliz!”.

El marido se quedó desconcertado, pero ella continuó:

“¡Mi marido nunca me ha hecho feliz y no me hace feliz! Yo soy feliz”.

“El hecho de que sea feliz o no, no depende de él, sino de mí. Yo soy la única persona de la cual depende mi felicidad.

Yo determino que seré feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera de alguna persona, cosa o circunstancia sobre la faz de la Tierra, estaría con serios problemas.

Todo lo que existe en esta vida cambia constantemente: el ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, mi jefe, los placeres, los amigos, mi salud física y mental. Y así, yo podría citar una lista interminable.

¡Yo necesito decidir ser feliz independientemente de todo lo que existe! Si tengo hoy mi casa vacía o llena: ¡soy feliz! Si voy a salir acompañada o sola: ¡soy feliz! Si mi empleo es bien remunerado o no, ¡yo soy feliz!

Hoy estoy casada pero ya era feliz cuando estaba soltera.

Yo soy feliz por mí misma. A las demás cosas, personas, momentos o situaciones yo las llamo “experiencias que pueden o no proporcionarme momentos de alegría o de tristeza”.

Cuando alguien que amo muere, yo soy una persona feliz en un momento inevitable de tristeza.

Aprendo con las experiencias pasajeras y vivo las que son eternas como amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, consolar.

Existen personas que dicen: hoy no puedo ser feliz porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque está muy frío, porque alguien me insultó, porque alguien me dejó de amar, porque no supe valorarme, porque mi marido no es como yo esperaba, porque mis hijos no me hacen felices, porque mis amigos no me hacen felices, porque mi empleo es mediocre y así sucesivamente.

Amo la vida que tengo pero no porque mi vida sea más fácil que la de los demás. Es porque yo decidí ser feliz como individuo y me responsabilizo de mi felicidad.

Cuando yo le quito esta obligación a mi marido y de cualquier otra persona, les dejo libres del peso de cargarme en sus hombros. La vida de todos es mucho más leve.

Y esa es la forma en que he conseguido tener un matrimonio exitoso a lo largo de tantos años”.

¡Nunca dejes en las manos de nadie una responsabilidad tan grande como la de asumir y promover tu felicidad!

Sé feliz, incluso cuando haga calor, incluso cuando estés enfermo, incluso cuando no tengas dinero, incluso cuando alguien te haya lastimado, incluso cuando no te ame o no te valore como es debido.

Y eso vale para mujeres y hombres de cualquier edad.

4/5/16

verle en el rostro de los demás

PD3: "Las Obras de misericordia son gestos simples con las que se reconoce a Jesús en el rostro de muchas personas", Francisco. No hay que hacer grandes cosas para querer hacer obras de misericordia…, solo ver en el otro al Señor.

3/5/16

ciudades con nombre de santos

PD1: Galicia es la más santa de España. Mira las ciudades y pueblos que se llaman en memoria de algún santo:
Interesante lo fervorosa que fue en otra época la vieja Europa mediterránea… Y lo poco que fueron los del Norte con sus derivas protestantes…