PD4: Ayer te decía que tenemos que adorar al Niño. Pero creció e instituyó la eucaristía y se quedó en los sagrarios en todas las iglesias del mundo. Es ahí donde se le puede adorar, contemplarle, echarle besos y pedirle cosas, darle gracias por todo lo que ya nos ha dado, por nuestra vida y la de nuestros semejantes, por nuestra buena o mala salud, pedirle para que tengamos una buena muerte, con la ayuda de su Madre, pedirle que nos ayude a mostrar nuestra fe a los demás…
Con que nos quedemos en el sagrario, aunque no sepamos que decirle, es muy bueno. Esos ratitos robados al ajetreo diario, esos ratos largos robados a la cantidad de cosas que tenemos que hacer… Eso es adorarle. Lo de los regalos a los niños y familiares, es otra cosa, tradición o consumismo, pero no es adoración.
De esos ratos de adoración se sacan muchas conclusiones buenas, nos va contando qué debemos hacer en nuestra vida, si le escuchamos…
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