PD7: Sin sal la comida no coge los sabores apropiados. En cuanto se sala, la sal desaparece y se potencian los sabores propios de la comida, u otras especies y condimentos que tenga el plato. Esto es lo que el Señor nos pide que seamos, "la sal del mundo"… Y la idea es clara: desaparecer como la sal y que se centre nuestra vida, lo que hacemos en Dios, que sea Él el que se lleve la gloria y nosotros pasemos desapercibidos… Es difícil ya que la vanidad y la soberbia están intrínsecamente dentro del ser humano… Luchemos por salarlo todo y no aparecer, por desaparecer…, sobre todo este verano salemos a la familia y los amigos.
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