PD1: La palabra PIROPO viene del griego y significa ponerse roja la cara, fundamentalmente por lo que se dice, o te dicen. ¿No podríamos hacer lo mismo con el Señor cada rato que podamos? Con decirle de vez en cuando “¡qué bueno eres Señor, qué paciencia tienes conmigo!”. Sería suficiente, o lo que se te ocurra, vamos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario