PD1: Este verano, el cura donde íbamos a Misa todos los días, recitaba después de la comunión una oración que tenía olvidada. Es de San Ignacio de Loyola y dice así:
Tomad Señor y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad. Todo mi haber y mi poseer. Vos me lo disteis, a vos Señor lo retorno. Todo es vuestro, disponed a vuestra voluntad. Dadme vuestro Amor y Gracia, que esto me basta.
Así que toca recordarla y decirla como Acción de Gracias…
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