PD1: Ayer en Misa me pasó algo curioso. Tenía delante a una chica joven que no paró de tocarse el pelo y de andar distraída. Me contagió…
Incluso en la Consagración, la parte más importante de la Misa, estuvo por uvas. Viéndome distraído yo también, deje de mirar al Señor y miré a los que estábamos allí. Había una concentración espectacular por parte de todos, mirando al altar y pidiendo más fe y caridad…
En las misas de diario, la gente que va es distinta de las misas domingueras. Hay mucha intensidad, se reza mucho más que los domingos. Y eso me gustó. Yo he pinchado mi atención un día, pero no suele ser el caso. Los que vamos a Misa a diario, solemos rezar, pedir por muchos, y alabar al Señor con mucha intensidad… Es nuestro mejor momento del día.
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