PD1: El evangelio de este domingo (Mt 4,12-23), nos invita a la conversión, a abrir el corazón al Reino de un Dios cercano que nos ama, y a corresponder a su invitación para ser “pescadores de hombres”, verdaderos apóstoles del Reino.
Y ese apostolado hay que hacer con ternura y mucho cariño, mostrándonos, sin exigir nada y sin meter miedo. No debemos ser los inquisidores horribles hoy en día. A Dios se le sigue como un encuentro personal que uno tiene, no a martillazos o exigencias… Dios nos busca a todos cada día, y solo unos pocos le ven, le notan, se dan cuenta. Y los apóstoles, pobres pecadores, estamos aquí para que nos use, no para convencer a nadie.
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