PD: El gran error de los judíos es que se sabían el “Pueblo Elegido”. Y por eso las obras no importan nada. Al Señor les costaba conseguir conversiones de los judíos por este factor y se tuvo que abrir a los gentiles (griegos, romanos, orientales…)
Hoy en día existe este mismo error en los cristianos. Muchos piensan que, por el hecho de haber recibido el Bautismo, se salvan y no tienen nada que hacer. Es tremendo pero se mete, con profundidad, en la mentalidad de la sociedad, que le cuesta salir de sus errores…
Y encima, en los funerales, muchos sacerdotes dan por salvado al fallecido. Insisten en que el muerto por el que se celebra el funeral ya está gozando de Dios. Puede que sí, o puede que esté en el Purgatorio (hay que rezar por las Ánimas del Purgatorio). O puede que se quede en el infierno para toda la eternidad…
El cristianismo es un encuentro con una persona, el Señor, que sale en nuestro encuentro y nos busca. Y su mandamiento es del amor: a Él, a los demás y a uno mismo. Si lo cumplimos, es lo que nos salvará. Jesús espera obras de nosotros, que no nos quedemos con los brazos cruzados. Y espera que le amemos a Él también. No quiere que seamos una ONG solidaria. Está muy bien la caridad, pero también hay que amar a Dios por encima de todo… Y esto no es tan fácil. No somos buenos cristianos si solo amamos al prójimo y pasamos de Dios.