PD1: Al confesarnos, el perdón que Dios nos da es total, llega hasta el olvido. Esto es muy bonito y da mucha paz. Por mucho daño que hayas hecho, por mucha maldad cometida, es como si nunca lo hubieras hecho, si te arrepientes e intentas no volver a hacerlo…
Si los matrimonios supieran olvidar las ofensas, se evitarían y se podrían solucionar muchos dramas familiares. Pero al ser humano, en su vanidoso orgullo, le cuesta mucho perdonar. Así nos va…
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