PD2: Los cristianos de hoy sentimos la misma urgencia que los cristianos del primer siglo: queremos ver a Jesús, necesitamos experimentar su presencia en medio de nosotros, para reforzar nuestra fe, esperanza y caridad. Por esto, nos provoca tristeza pensar que Él no esté entre nosotros, que no podamos sentir y tocar su presencia, sentir y escuchar su palabra. Pero esta tristeza se transforma en alegría profunda cuando experimentamos su presencia segura entre nosotros. Es en la Eucaristía donde la presencia de Dios se hace realidad… Es esa paz que conseguimos tras ir a Misa y comulgar, ese contacto con el Señor, ese agradecimiento que se haya quedado con nosotros, esa fortaleza que nos da la fe de saber que nos está esperando en forma de pan…, y que lo podemos interiorizar, metérnoslo dentro.
6/6/17
querer ver a Jesús
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