PD1: El otro día estuve de boda y, sin beber, no suelo porque me sienta fatal, me dediqué a parlotear como un loco… Pobres de mis oyentes, debieron pensar que era un pesado. Se reían, pero no hice más que hablar de mí, y no escuchar lo que me tenían que contar… Me tuve que confesar por soberbia, por falta de humildad… Se me fue la pinza y pensé que mis oyentes les interesaba mucho la cháchara que les daba. Menuda paliza recibieron… Fue un desastre. Pero gracias a Dios, que perdona siempre y nos da fuerzas para no volver a caer en los mismos errores, espero no repetir la hazaña de nuevo… Es mejor saber escuchar que machacar a los demás con nuestras miserias…
24/2/22
me tuve que confesar...
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