PD1: Me emocionan las historias de la guerra. Ayer vi una rueda de prensa del Presidente de Ucrania, agotado, medio dormido, vestido de verde, explicando que los rusos no conocen a los ucranianos. Que son distintos. Que no les tiene miedo a los soldados rusos. Que no van a dar su brazo a torcer, que se defenderán hasta la muerte… Eso que nos decía el Papa Juan Pablo II de no tener miedo. No se refería especialmente a la guerra, sino a las cosas de la vida, a apostar por seguir a Dios.
Los ucranianos no tienen miedo a sus vecinos terroríficos que les atacan. Se defienden como leones…
Y esos pobres, a miles, que dejaron a sus mujeres e hijos en Polonia y se volvieron a que les dieran un fusil a defender su país. Y esos que estaban fuera y volvieron a hacer lo mismo, todos sin tener ni idea de las armas…, sin miedo.
Esa sensación de unidad frente a su enemigo común y ese sentido de la patria, de lo suyo. Es muy bonito. No me imagino a nuestro presidente haciendo lo mismo, ni a muchos de mis compatriotas. Somos distintos, muy distintos, quizás, se tenga mucho miedo.
Sigo rezando por los ucranianos, no para que ganen, que no podrán, sino para que no mueran en el intento. Y para que se acabe la guerra cuanto antes…
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