6/2/23

y corregirles

PD1: Se me olvidó otra cosa otra vez. En ese proceso de educación a los hijos: palique, ejemplo, que se sepan queridos…, no puede faltar otro componente fundamental: corregirles los errores. No podemos dejar nunca la labor de ser padres educadores, formando el carácter de nuestros hijos, ya que, a veces, cometen tropelías…, en su niñez, en su adolescencia, e incluso cuando son mayores y ya han salido de casa… Como padres les debemos corregir. Además eso les muestra el lado masculino de la paternidad. Ay de esas madres que no corrigen y todo lo consienten, ay!!! No son nuestros amigos, o colegas…, son nuestros hijos que queremos y que buscamos su felicidad, formándoles como personas.

Cuando mis hijos eran pequeños les corregía muchas veces con una mirada, con el gesto de la mano diciendo no… Ese lenguaje no verbal es formidable. Y los gritos no llevan a ninguna parte. Hay que gritar menos de lo que se grita. Nuestras casas deben ser el hogar donde encuentren la paz, harmonía, felicidad, alegría y se sientan muy a gusto. Gritar genera estrés, para el que grita, y para el que recibe la reprimenda a gritos…, que acaba identificando a sus padres como chillones.

Y si no se enteraban, les daba un azote no muy fuerte. Sí, acción-reacción. No soy partidario de los castigos por cosas mal hechas. Voy algo contracorriente. No son formativos los castigos. Es mejor zanjar en el momento de una pelea, un desastre, que tener que obligarles a cumplir un castigo que presumiblemente será contraproducente.

Y como regla de oro en casa era que estaba prohibido pelearse entre hermanos. Era lo que más les repetía entonces, tratando de defender a los más pequeños…, de los mayores más fuertes.

Recuerdo que en la Misa del domingo les daba la mano a los más revoltosos. Y se me la jugaban, les apretaba la mano, para que supieran quién mandaba y que se requería silencio.

Y a mis hijos ya casados, cuando hacen algo que no creo bueno se lo digo, con toda la paz del mundo.

Pues eso, mucho palique, buen ejemplo, que se sepan queridos, y corregirles para formales como personas buenas…

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