PD: Ayer fuimos a ver la Primera Confesión de uno de mis nietos. Fue magnífico. La sensación de alegría que te da una confesión es impresionante. Todos salimos sonriendo después de quitarnos algún sapo. Y el cura nos contó que es el sacramento del “brillo”, que además de la alegría hace brillar a la gente… Y tanto. Hay que confesarse con regularidad, quitarse pequeñas cosas: pereza, ira, envidia, egoísmo, soberbia… Y por supuesto si estamos con pecados gordos. Saldremos con esa alegría que vi ayer.
26/2/25
alegría tras una confesión
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