PD: El otro día una hija mía, que es de letras y sabe mucho de libros y lee a todas horas, me dijo que era “magnánimo”.
La miré y le dije que no se riera de mí. Me caracterizo por ser muy agarrado, muy austero. Me cuesta gastar, me llega a doler. Es tal el punto que desde hace un año no llevo dinero en la cartera para evitar tentaciones a caprichos tontos. Piensa que tener 9 hijos implica austeridad, si no, es imposible.
Total que le dije que no podía ser, que no tenía razón.
A decir verdad no entendí bien la palabra magnánimo, no se usa apenas. Y me explico que era muy servicial, que me daba mucho a los demás. Pasé del total desacuerdo a estar seguro de que tenía razón. Para darse no hace falta dinero. Lo cual implica que los muy agarrados como yo, podemos darnos a los demás sin dolor, sin que sufra la cartera… Podemos darnos hasta quedarnos agotados. De esto trata la vida, de darse…, no de gastar.
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