PD1: La única arma para todo es la oración. Hay que transformar el trabajo en oración, ofreciéndolo a Dios cada mañana. Y en primerísimo lugar esa oración fundamental que es la Eucaristía, ya que toda la fuerza sale de la Cruz de Cristo, que se hace sacramentalmente presente en la Misa: ahí está la Redención. Es bonito que cada vez que asistimos a la Misa pensemos que ahí se realiza la redención del mundo…
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