4/11/25

San John Henry Newman

PD: Maravillosas palabras del papa León XIV en la proclamación de San John Henry Newman (1801-1890) como doctor de la Iglesia. Merece la pena detenerse en ellas:

"La vida se ilumina no porque seamos ricos, bellos o poderosos. Se ilumina cuando uno descubre en su interior esta verdad: Dios me ha llamado, tengo una vocación, tengo una misión, mi vida sirve para algo más grande que yo mismo. Cada criatura tiene un papel que desempeñar. La contribución que cada uno tiene para ofrecer es de valor único, y la tarea de las comunidades educativas es alentar y valorarla. No lo olvidemos: en el centro de los itinerarios educativos no deben estar individuos abstractos, sino personas de carne y hueso, especialmente aquellas que parecen no producir, según los parámetros de una economía que excluye y mata. Estamos llamados a formar personas, para que brillen como estrellas en su plena dignidad".

Con su conversión comprendió que la inteligencia no estorba la fe, y que educar es, sobre todo, despertar preguntas.

Entendía la universidad como un espacio donde el alma y la razón pueden conversar sin miedo.

Por eso sus palabras aún despiertan a quienes buscan sin rendirse.

Al ser reconocido como Doctor de la Iglesia y patrono de la educación universitaria, la Iglesia nos invita a mirar con calma qué significa formar personas libres.

Porque necesitamos valorar la educación más allá de los métodos y los contenidos, y recuperar su vocación profunda: ofrecer herramientas que ayuden a transformar nuestro mundo por dentro y por fuera, desde el Evangelio.

Newman lo sabía: pensar con hondura, creer con lucidez y, sobre todo, vivir con fidelidad.

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