31/5/17

evitar las modas del mundo

PD2: Ni el cristiano, ni la Iglesia pueden seguir las modas del mundo. No es Jesús quien se ha de adaptar al mundo en el que vivimos; somos nosotros quienes hemos de transformar nuestras vidas en Jesús. “Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre”. Esto nos ha de hacer pensar. Cuando nuestra sociedad pide ciertos cambios a los cristianos y a la Iglesia, simplemente nos está pidiendo que nos alejemos de Dios. El cristiano tiene que mantenerse fiel a Cristo y a su mensaje. Dice san Ireneo: “Dios no tiene necesidad de nada; pero el hombre tiene necesidad de estar en comunión con Dios. Y la gloria del hombre está en perseverar y mantenerse en el servicio de Dios”.

30/5/17

complicaditos somos...

PD3: Somos tan complicados que nos perdemos lo más simple: no lo pienses... vive, ríe, ama, perdona, disfruta la vida y sé feliz. Porque el tiempo pasa y las oportunidades se van.

Cuánta gente piensa que ahora no hace algo, que ya lo hará después, que no se quieren comprometer con esto, que su vida no les llena porque tiene que conseguir lo otro, que no pueden perdonar a alguien, que quizás más tarde… Somos muy complicaditos, y dejamos que la vida pase pensando que dentro de unos años seremos mejores, haremos las cosas bien, amaremos más… Si no lo haces ahora, nunca lo harás, nunca serás feliz.

29/5/17

+ sencillez, + humildad

PD3: Vivimos una época loca de pura vanidad, de aparentar lo que no se es, de postureo, hay tanta frivolidad entre la gente que es un desastre. Querer demostrarle al otro que uno es mejor, por el hecho de tener más cosas, de tener cosas mejores, de ir mejor vestido… Es increíble. Cuando la sencillez, la humildad, la comprensión, el no juzgar, el no querer aparentar, debería ser el modelo a seguir.

26/5/17

no trabajamos por dinero solamente

PD2: El trabajo no lo hacemos porque nos vean, porque nos den una palmadita, por ganar más dinero o ascender… Lo hacemos porque es nuestro deber y para darle Gloria a Dios. Hay que acordarse de ofrecerlo por la mañana, ya que son muchas las horas de oración que pasamos enfrascados en esto o aquello, y más cuando llegas a casa…, que seguimos trabajando en otras cosas: ayudar mucho a la mujer y educar a la prole…
Conseguimos tener una vida contemplativa al ofrecer el trabajo de cada día al Señor, o ir ofreciendo cada ratito por cosas muy concretas. Es la gran diferencia entre pelar patatas, o rezar por algo al ofrecerlo mientras pelamos patatas.

25/5/17

decidir lo que está bien y lo que está mal

PD2: El pecado original ocurrió porque nos quisimos hacer como Dios, tener el poder de Dios, de decidir lo que está bien y lo que está mal. Esto se repite hoy todos los días. El demonio nos tienta y nos presenta una ruptura con Dios. El demonio nos va probando. El demonio conoce muy bien a Dios…, y sabe de nuestra debilidad.

Ser como dioses, es ser conocedores del bien y del mal, ser nosotros los que decidamos qué es el bien y qué es el mal.

Hoy, como hicieron nuestros primeros padres, seguimos comiendo del mismo árbol: esto está bien y esto está mal. Yo soy la medida de todas las cosas, el que decide. Esto produce el alejamiento actual de Dios: echamos a Dios de nuestro mundo, ya que queremos suplantarle.

Hay que intentar volver a ordenar el mundo y reconocer a Dios como creador: alabar a Dios, darle gracias, amarle…

No podemos quedarnos indiferentes ante el pecado, ante lo que hacemos mal, no debemos ser como dioses que deciden lo bueno y lo malo de lo que hacemos. El hombre se avergüenza y se esconde de Dios cuando peca, como Adán y Eva. El pecado desfigura al hombre. Fue por eso por lo que nos mandó a su Hijo, al Salvador, se produjo una recreación, una nueva creación, nos hizo hijos suyos y nosotros le reconocemos como Padre (por el Bautismo dejamos de ser creados por Dios, para ser Hijos de Dios).

24/5/17

ofrecer el trabajo profesional y el de casa

PD2: San Agustín decía que había que pedir siempre con perseverancia. Pedimos mal y se nos concede lo que necesitamos. Yo creo que a Dios le gusta que le pidamos cosas espirituales, no materiales.

El ideal es convertir el día entero a Dios: es lo que se llama la oración continua. Ofrecer todo lo que hacemos a Dios, todo lo ordinario, el trabajo profesional y el de casa, los afectos, la caridad con los demás, el apostolado. Si así lo hacemos, si ofrecemos todos nuestros quehaceres, estaremos rezando todo el día, pidiendo, dando gracias, alabándole…

23/5/17

la actitud. ¿Cuánto vales como persona?

PD2: Víctor Küppers: El efecto bombilla: La importancia de la actitud. ¿Cuánto vales como persona? Descubre los elementos que componen esta fórmula y cómo la psicología positiva puede influir tan notablemente en nuestras vidas y en la de las personas que nos rodean:

https://www.youtube.com/watch?v=TF-Ku5AOlCE&sns=em

22/5/17

aprender a escuchar a nuestros mayores

PD1: ¿Qué tenemos que hacer con la gente mayor?

No quiere que le digas lo que tiene que hacer, quiere que le escuches

¿Sabemos qué necesitan nuestros mayores? No. Intuimos que cuando nos cuentan un problema es que necesitan una solución, cuando puede que lo único que necesiten es ser escuchados. Los mayores se ponen nerviosos cuando andamos continuamente dándoles consejos y diciéndoles lo que tienen que hacer. Minamos su autoestima, su autonomía y su seguridad. Cuando te corrigen, te aconsejan y, sobre todo, te mandan, terminas pensando que a tu edad, a pesar de tener tanta experiencia en la vida, lo estás haciendo todo mal, y esa inseguridad te lleva incluso a cometer más errores. La persona mayor que quiera un consejo te lo pedirá, no los des de forma atosigante. Los agobias y direccionas su vida como si fueran marionetas. No lo son. Son personas con experiencia, conocimiento y autonomía. Y saben mucho más que tú, de otros temas y con otras vivencias, pero más que tú. No los anules con tanto consejo.

Llama cuando de verdad puedas atender lo que te dicen. Es preferible no llamar que llamar para gritar, regañar o no atenderles.

Escucha con atención, interés y curiosidad. Lo más probable es que repitan muchos de los temas, y es normal. Su mundo es menos rico en estímulos que el tuyo. Muchas veces se limita a una vecina, a una conocida, a lo que ven en la tele, y poco más.

Si estás con tu familiar, trata de mantener el contacto ocular. No es lo mismo escuchar revisando tus mensajes de WhatsApp que mirando a los ojos y sonriendo a quien te habla.

¿Tú qué crees que es mejor? Si crees que necesita ayuda, antes de ofrecérsela tú, pregunta qué se le ocurre hacer a él o a ella. Así les ayudas a pensar por sí mismos, a que busquen ideas, a que su cerebro trabaje. Valora cualquier aportación aunque no sea la mejor para ti. “Esa es una buena idea, mamá, me encanta. A mí también se me ocurre esto. Haz lo que más te convenza”.

Pídeles tú también algún consejo. Así harás que se sientan como una parte importante de tu vida. Verán que cuentas con ellos, que los necesitas, y eso les hará sentirse importantes y con una función en la vida.

Trata de comprender sus emociones en lugar de ningunearlas. Con preguntas tan sencillas como “¿qué te hace sentir?”, “¿estás bien?”. No ningunees sus emociones con frases del tipo “¿pero cómo puedes estar preocupado por eso, papá? Menuda chorrada. Si tuvieras la cantidad de trabajo y los problemas que tengo yo, esto te parecería una tontería”. Tus padres ya lidiaron con problemas como los que tú tienes ahora. Para ellos, con su inseguridad y debilidad, todo ahora es un mundo.

Interésate por la persona, por lo que ha hecho, por su día a día. A pesar de su edad tienen sus actividades, sus llamadas a familiares, lo que han cocinado para comer, lo que han visto en un programa de televisión. A las personas nos gusta que se interesen por nosotros y por lo que hacemos.

Háblales de las cosas que les gusta oír. Les gusta saber qué has hecho en el trabajo, cómo están sus nietos, si te has comprado algo nuevo, con quién te has encontrado (sobre todo si ellos también lo conocen). Tus novedades son también las suyas. Ellos llevan viviendo tu vida desde que naciste. Así que, cuando los tienes al día de las novedades, siguen participando del proyecto.

No se trata de hablar para quedar bien, se trata de que se sientan acompañados, apoyados y queridos, y si podemos ser útiles, mejor.

18/5/17

algo de fe

PD2: Lo opuesto de una persona con fe es una persona sin fe, o atea. Pero quizás hay muchos matices por medio. Quizás no se creen lo que rezamos los cristianos en el Credo. Una cosa es creer y otra es confiar en Dios. Lo opuesto a la confianza es el temor. Los que confiamos en Dios, los que nos fiamos de Él, que nos provee, que nos ayuda y nos manda caricias, sabemos que nos espera un mundo mucho mejor cuando nos muramos. Los que no confían en el Señor y en su mensaje de amor, entonces tienen el temor a que la vida se acabe, que dure lo que nos aguante el cuerpo. Y esto es muy triste, que solo estemos aquí unos años.

Es penoso que se haya gastado tanta saliva y tinta para acercar la Buena Nueva y no haya llegado al personal… Tener algo de confianza en Dios es ya mucha parte de esa fe que se profesa no tener. Ese temor al vacío, a que no haya nada después, se puede llegar a solucionar, poniendo un poco de nuestra parte…, fiarse algo de Dios y quererle por habernos dado la vida, darle gracias por los dones que tenemos, por todo lo que nos da cada día.

17/5/17

estos son los números

PD3: Me encantan los números, me encanta saberme numerado, ser contado, para saber que somos muchos, para saberme cierto y no equivocado… Mira cuantos católicos dicen que hay en el mundo:
Upps! No somos tantos, 1285 millones de personas de cerca de 7000 millones que habitan el planeta Tierra… ¡Qué pocos! ¡Cuánto hay que hacer!
Y la vieja y religiosa Europa, qué mal ejemplo… Ahora toca irse a Asia a evangelizarla!

16/5/17

ha ido acertando la Virgen de Fátima

PD1: El relato de Fátima:

“Soy del Cielo”

Lucía –la mayor de los videntes de Fátima– contaba sólo diez años cuando la Virgen apareció por vez primera a los pastorcillos, el 13 de mayo de 1917; sus primos, Jacinta y Francisco, tenían siete y ocho respectivamente. Esta aparición había sido precedida por otra: la de un ángel, que en 1916 se les había presentado tres veces, en el lugar llamado Loca do Cabeço, denominándose a sí mismo, primero como el Ángel de la Paz, y más tarde como el Ángel de Portugal.

La presencia del Ángel dejó una huella muy profunda en los niños. La primera vez, el Ángel se arrodilló, e inclinándose hasta tocar el suelo con la frente, repitió tres veces: «¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! Te pido perdón por los que no creen, por los que no adoran, por los que no esperan, ni te aman».

Refiere Sor Lucía: «Nadie pensó hablar de esta aparición, ni recomendar secreto a los demás; el silencio se imponía por sí mismo. Era una gracia tan íntima, que no era fácil decir de ella la menor palabra. De ahí en adelante, los niños, siempre que podían sin que los viesen, repetían la oración tal y cómo habían visto hacer al Ángel».

El año 1917 fue especial. Europa estaba en guerra. El domingo 13 de mayo, en un lugar escondido de la Serra do Aire, en el centro de Portugal, tres niños salían con sus rebaños, después de haber asistido a la Santa Misa. Se dirigieron hacia los pastos de Cova da Iria. Empujaron el rebaño hacia la parte alta de la propiedad, sobre la cima de la colina. Allí, sin perder de vista a las ovejas, se pusieron a jugar a albañiles, uno de sus pasatiempos preferidos. Esa vez, se trataba de levantar una cerca protectora, alrededor de una hermosa mata de brezo blanco, del que sus padres podrían hacer escobas. Era mediodía. De pronto, ante ellos, y sobre una carrasca, en el centro de una gran aureola de luz que los envolvió, vieron a una hermosa Señora, más resplandeciente que el sol.

– «¿De dónde sois, Señora?»

– «Soy del Cielo».

Así empezó la primera conversación entre la Virgen y Lucía.

Entre mayo y octubre se sucedieron seis apariciones de la Virgen. Les pidió que se rezase el Rosario todos los días, y que se hiciera penitencia. Este último ruego impresionó tanto a los niños, que buscaban modos de hacer penitencia y aprovechaban todos los pequeños sacrificios que se les presentaban.

En la tercera aparición, el 13 de julio, la Virgen pidió la consagración de Rusia a su Corazón Inmaculado –aquellos niños campesinos ignoraban el significado de la palabra Rusia– y la Comunión reparadora de los primeros sábados. «Si esto no se hace, Rusia propagará sus errores por el mundo (...), algunas naciones serán aniquiladas. Portugal conservará siempre la Fe». Fue en esta aparición cuando la Virgen indicó: «Cuando recéis el Rosario, al final de cada decena, decid: ¡Oh, Jesús mío! Perdonadnos, libradnos del fuego del infierno; lleva al Cielo a todas las almas y socorre principalmente a las más necesitadas».

En la última aparición, el 13 de octubre, la Señora les dijo:

– «Soy la Virgen del Rosario. Deseo que en este lugar se levante una capilla en mi honor».

Por sexta vez recomendó que se continuara rezando el Rosario todos los días.

La primera capilla que se edificó fue destruida poco tiempo después por anarquistas, que también quemaron la encina sobre la que se posó la Virgen. La Capelinha que actualmente alberga la imagen de Nuestra Señora ocupa el sitio de la carrasca.

Como la Virgen les había anunciado, en la aparición del 13 de octubre tuvo lugar el milagro del sol, presenciado por unas setenta mil personas, que habían a acudido a la Cova da Iria, y publicado con detalle en la prensa.

Llovía torrencialmente. De pronto, cesó la lluvia y las nubes, negras desde la mañana, se disiparon. El sol apareció en el cénit como un disco de plata que podían mirar los ojos sin deslumbrarse. Alrededor del disco mate se distinguía una brillante corona. De improviso, se puso a temblar, a sacudirse con bruscos movimientos y, finalmente, dio vueltas sobre sí como una rueda de fuego, proyectando en todas direcciones unos haces de luz cuyo color cambiaba muchas veces.

Ese mismo mes estallaba la revolución bolchevique en Rusia.

La devoción a la Virgen tiene en estas tierras antecedentes multiseculares. Desde finales del siglo X, las regiones entre los ríos Douro y Vouga aparecen con el nombre de Terra de Santa Maria, denominación que más tarde se extiende a todo Portugal. Desde tiempos remotos, se multiplican las advocaciones de Nuestra Señora.

El 13 de agosto de 1385, el Condestable don Nuno Álvares Pereira, más tarde Beato Nuno de Santa María, había invocado solemnemente la protección de María en los parajes de Fátima, que quedaron ya desde entonces bajo la especial custodia de Nuestra Señora. A partir del 13 de mayo de 1917, ese lugar está indisolublemente unido a la Virgen del Rosario, como lugar de oración y penitencia.

El mensaje de Fátima contiene un aspecto de exigencia cristiana universal: es necesario desagraviar al Señor por todos los pecados cometidos, hacer penitencia, rezar el Rosario, difundir la devoción al Corazón Inmaculado de María, y rezar mucho por el Papa. También incluyó algunas revelaciones particulares de la Virgen:

– «La guerra pronto terminará pero, si no dejaren de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI, comenzará otra peor».

– «Vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los primeros sábados».

– «Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas».

Los tres niños tuvieron la visión del infierno: «Nuestra Señora nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar debajo de la tierra. Sumergidos en ese fuego, los demonios y las almas, como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas, con forma humana, que fluctuaban en el incendio, llevadas por las llamas que de ellas mismas salían, juntamente con nubes de humo que caían hacia todos los lados, parecidas al caer de las pavesas en los grandes incendios, sin equilibrio ni peso, entre gritos de dolor y gemidos de desesperación que horrorizaban y hacían estremecer de pavor. Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros».

Con las apariciones de la Virgen creció visiblemente la devoción popular a Nuestra Señora. Durante el mes de mayo, los caminos de Portugal convergen en Fátima; entre mayo y octubre, la afluencia a la Cova da Iria los días 12 y 13 de cada mes alcanza proporciones enormes; las carreteras se llenan de peregrinos, no sólo portugueses, sino de todas partes del mundo.

Jacinta y Francisco, tal y como la Virgen les había anunciado, se fueron al Cielo poco después de las apariciones. Lúcia, siguiendo el deseo expreso de la Virgen, aprendió a leer y a escribir, y en 1926 ingresó en la Congregación de las Doroteas, en la ciudad de Oporto. Más tarde, entraría en el Carmelo de Coimbra.

Como había pronosticado Santa María, empezó la Segunda Guerra Mundial, más violenta que la primera. Portugal, seguramente por gracia de la Virgen, quedó al margen de la contienda. El 31 de octubre de 1942, el Papa Pío XII consagró el mundo al Corazón Inmaculado de María.

Este viernes pusieron una película de este año que me encantó. Un trozo de dos minutos: https://www.youtube.com/watch?v=EjEDsqJNiAc

Y la gran duda, ¿ahora qué, había más secretos?: https://www.youtube.com/watch?time_continue=10&v=ubo9mcXpZTU

12/5/17

por amor

PD2: ¿Qué hemos hecho por los demás hoy, por amor, gratuitamente, sin esperar nada a cambio? ¿Nos hemos dedicado solo al postureo o al frivoloteo? ¿Hemos pensado solo en nosotros? ¿Hemos regalado al menos una sonrisa?

11/5/17

Madre de la esperanza

PD2: ¡Qué estamos en mayo, mes de María! Lo que ha dicho ayer el Papa sobre la Virgen ahora que va a Fátima:

La Madre de la esperanza

Queridos hermanos y hermanas:

¡Buenos días! En nuestro itinerario de catequesis sobre la esperanza cristiana, hoy miramos a María, Madre de la esperanza. María ha atravesado más de una noche en su camino de madre. Desde la primera aparición en la historia de los Evangelios, su figura emerge como si fuera el personaje de un drama. No era simplemente responder con un “sí” a la invitación del ángel: sin embargo ella, mujer todavía en la flor de la juventud, responde con valentía, no obstante no sabía nada del destino que le esperaba. María en aquel instante se presenta como una de las tantas madres de nuestro mundo, valerosa hasta el extremo cuando se trata de acoger en su propio vientre la historia de un nuevo hombre que nace.

Aquel “sí” es el primer paso de una larga lista de obediencias —¡larga lista de obediencias!— que acompañaran su itinerario de madre. Así María aparece en los Evangelios como una mujer silenciosa, que muchas veces no comprende todo aquello que sucede a su alrededor, pero que medita cada palabra y cada suceso en su corazón.

En esta disposición hay fragmento bellísimo de la psicología de María: no es una mujer que se deprime ante las incertidumbres de la vida, especialmente cuando nada parece ir por el camino correcto. No es mucho menos una mujer que protesta con violencia, que injuria contra el destino de la vida que nos revela muchas veces un rostro hostil. Es en cambio una mujer que escucha: no olviden que hay siempre una gran relación entre la esperanza y la escucha, y María es una mujer que escucha, que acoge la existencia así como esta se nos presenta, con sus días felices, pero también con sus tragedias, que jamás quisiéramos haber encontrado. Hasta la noche suprema de María, cuando su Hijo es clavado en el madero de la cruz.

Hasta ese día, María había casi desaparecido de la trama de los Evangelios: los escritores sagrados dejan entrever este lento eclipsarse de su presencia, su permanecer muda ante el misterio de un Hijo que obedece al Padre. Pero María reaparece justamente en el momento crucial: cuando buena parte de los amigos han desaparecido a causa del miedo. Las madres no traicionan y, en aquel instante, a los pies de la cruz, ninguno de nosotros puede decir cuál fue la pasión más cruel: si aquella de un hombre inocente, que muere en el patíbulo de la cruz, o la agonía de una madre, que acompaña los últimos instantes de la vida de su hijo. Los Evangelios son lacónicos, y extremamente discretos. Dejan constancia con un simple verbo de la presencia de la Madre: ella “estaba” (Juan 19,25). Ella estaba. No dicen nada de su reacción: si lloraba, si no lloraba… nada; ni siquiera una pincelada para describir su dolor: sobre estos detalles se ha disparado luego la imaginación de los poetas y de los pintores regalándonos imágenes que han entrado en la historia del arte y de la literatura. Pero los Evangelios solo dicen: ella “estaba”. Estaba allí, en el momento más feo, en momento cruel, y sufría con su hijo. “Estaba”.

María “estaba”, simplemente estaba ahí. Estaba ahí nuevamente la joven mujer de Nazaret, ya con los cabellos canosos por el pasar de los años, todavía luchando con un Dios que debe ser solo abrazado, y con una vida que ha llegado al umbral de la oscuridad más densa. María “estaba” en la oscuridad más densa, pero “estaba”. No se había ido. María está ahí, fielmente presente, cada vez que hay que tener una vela encendida en un lugar de neblina y tinieblas. Ni siquiera ella conoce el destino de resurrección que su Hijo estaba en aquel instante abriendo para todos nosotros, los hombres: está ahí por fidelidad al plan de Dios, del cual se ha proclamado sierva desde el primer día de su vocación, pero también a causa de su instinto de madre que simplemente sufre, cada vez que hay un hijo que atraviesa una pasión. Los sufrimientos de las madres… todos nosotros hemos conocido mujeres fuertes, que han llevado adelante tantos sufrimientos de sus hijos…

La reencontraremos en el primer día de la Iglesia, ella, Madre de esperanza, en medio de esa comunidad de discípulos tan frágiles: uno había negado, muchos habían huido, todos habían tenido miedo (Cfr. Hechos 1,14). Pero ella, simplemente estaba allí, en el más normal de los modos, como si fuera del todo natural: en la primera Iglesia envuelta por la luz de la Resurrección, pero también por las vacilaciones de los primeros pasos que debía dar en el mundo.

Por esto todos nosotros la amamos como Madre. No somos huérfanos: tenemos una Madre en el cielo: es la Santa Madre de Dios. Porque nos enseña la virtud de la esperanza, incluso cuando parece que nada tiene sentido: ella siempre confiando en el misterio de Dios, incluso cuando Él parece eclipsarse por culpa del mal del mundo. En los momentos de dificultad, María, la Madre que Jesús ha regalado a todos nosotros, pueda siempre sostener nuestros pasos, pueda siempre decirnos al corazón: “Levántate. Mira adelante. Mira el horizonte”, porque Ella es Madre de esperanza. Gracias.

Saludos:

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Hoy celebramos la fiesta de san Juan de Ávila, patrono del clero español y maestro de vida espiritual. Pidamos hermanos por todos los sacerdotes, para que sean siempre una imagen transparente de Jesús, Buen Pastor, y la Virgen María los sostenga a lo largo de su vida sacerdotal. También quisiera enviar un saludo desde aquí a los fieles de mi patria, que hace dos días celebraron la Solemnidad de la Patrona de Argentina, Nuestra Señora de Luján. Mi corazón estuvo en Luján estos días. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.

10/5/17

ver a Dios en los demás

PD3: En las relaciones con los otros, lo peor es la INDIFERENCIA, que impide reconocer al Señor en los demás. Hay que ayudar al prójimo, darse a los demás, apoyarles en sus pesares, animarles… Dios está detrás de toda la gente que nos rodea, por eso hay que quererles…

9/5/17

nos comemos a Dios

PD2: La Eucaristía es comer la carne del Hijo del hombre para vivir como el Hijo del hombre. Este comer se llama “comunión”. Es un “comer”, y decimos “comer” para que quede clara la necesidad de la asimilación, de la identificación con Jesús. Se comulga para mantener la unión: para pensar como Él, para hablar como Él, para amar como Él, para que nos parezcamos lo más posible y actuemos como lo que hubiera hecho Él…

En ninguna otra religión es tal la proximidad con su dios. Cuando comulgamos tenemos la suerte de revivir lo que hiciera hace 2000 años: no es un recuerdo, se hace presente cada día, tocamos a Dios. No comemos un trozo de pan, sino que nos comemos a Dios mismo que entra dentro de nosotros… Impresionante! Sólo queda darle tantas gracias por todas las cosas que nos pasan…

8/5/17

somos su ejemplo

PD2: “La vida de los padres es el libro que leen los hijos” (San Agustín). Lo que hacemos o dejemos de hacer es el manual para la vida que irán mamando nuestros hijos… Luego no podemos quejarnos de que si nos sale uno distinto a como hubiéramos querido y tal…

5/5/17

no perdamos la paz

PD2: Ni “hacer las paces” con mis pecados, ni “perder la paz” ante ellos... Somos muy repetitivos a la hora de confesarnos. Siempre de lo mismo, maldita soberbia. Pero no dudemos en pasar por el confesionario para recuperar la paz, para salir mucho más alegres tras el perdón. ¡Qué gran sacramento nos dejó el Señor! Nos perdona. Él nos perdona, no el cura que nos atiende, para volver a ser su amigo.

4/5/17

la fe

PD1: La fe no es una teoría, ni una filosofía, ni una idea: es un encuentro. Un encuentro con Jesús. No la vas a encontrar ni en los libros, ni en los templos. La encontrarás en la oración, en el trato con el Señor.

3/5/17

posmoderno

PD2: ¿Qué le pasa al hombre posmoderno? Te lo dice Neal Stephenson
Estamos haciendo unas generaciones sin enjundia para la vida, dentro de unas relaciones personales muy complicadas, donde el destacar, divertirse, disfrutar son las únicas metas de las personas.
Pero no hay que ser pesimista, ya que junto a los posmodernos conviven otros con muchos valores, que leen, se forman, tienen grandes ideales, se dan al prójimo, apagan la tele, saben del bien que es el grupo familiar, y esperan, con esperanza, un mundo mejor que ellos van a construir…