31/5/18

la alegría cristiana es la paz

PD1: Dijo San Pedro Poveda: “La alegría convierte en cielo la tierra." Y hoy lo matiza el Papa Francisco: ''La alegría no es vivir de carcajada en carcajada. No es eso. La alegría no es ser divertido. No, no es eso. Es otra cosa. La alegría cristiana es la paz. La paz que está en las raíces, la paz del corazón, la paz que solo Dios nos puede dar''

La paz es lo que nos da la oración, el saber que hay otra vida que nos espera, el tratar al Señor, el ser caritativos con los demás… Y sí, ser más sonrientes que el resto, ser más generosos con los otros, ser más simpáticos y divertidos…, ayuda.

30/5/18

alegría en tiempos convulsos

PD1: En estos tiempos convulsos, lo más importante es que conservemos la alegría y la trasmitamos… Romano Guardini escribía: «La fuente de la alegría se encuentra en lo más profundo del interior de la persona. Ahí reside Dios. Entonces, la alegría se dilata y nos hace luminosos. Y todo aquello que es bello es percibido con todo su resplandor». Cuando no estemos contentos hemos de saber rezar como santo Tomás Moro: «Dios mío, concédeme el sentido del humor para que saboree felicidad en la vida y pueda transmitirla a los otros». No olvidemos aquello que santa Teresa de Jesús también pedía: «Dios, líbrame de los santos con cara triste, ya que un santo triste es un triste santo».

29/5/18

No grites!!!

PD2: Y me entero yo ahora!!! No sirve gritar a los hijos en su educación. No es que les haya gritado mucho, pero sí les he corregido sus excesos…, y algún que otro azote se han llevado.

6 sugerencias para dejar de gritar a tus hijos

No, no existen gritos de amor

Los padres, en general, han tomado en serio los estudios que dicen que abofetear a los hijos provoca en ellos comportamientos más agresivos, pero en “sustitución” de las bofetadas la mayor parte de los padres grita.

Sí, también yo grito a los míos. No me gusta, pero lo hago. Por otro lado, debo reconocer que al día siguiente grito mucho menos.

Cuando mis primeros dos hijos tenían 2 y 4 años, un día me senté con ellos en el sofá y les grité hasta hacerles llorar. Ni siquiera me acuerdo que habían hecho. Pienso que les grité un minuto o dos, pero el recuerdo de aquel día para mí es trágico. No creo que mis hijos hayan modificado su comportamiento a causa de mis gritos. La única cosa que aprendieron es a tener miedo de mí.

Mis padres nunca me gritaron de esa forma, pero yo tenía mucho miedo a mi madre. Ella no dudaba a la hora de pegarme. Yo pensaba que era una persona mejor porque no pegaba a mis hijos, pero estoy segura de que gritarles, así como pegarles, es una solución a corto plazo que al final hace más mal que bien.

Intuitivamente, sabemos que no es de gritos de lo que nuestra familia tiene necesidad. Los buenos padres saben cómo modelar el comportamiento que desean ver en los hijos. A pesar de esto, nosotros todavía gritamos. En general lo hacemos porque estamos desesperados, cansados, frustrados e irritados , y no sabemos que más hacer.

Gritar es un mal para nuestras familias. Lo entiendes cuando los niños empiezan a gritar ellos también. No es el tipo de familia que soñabas. No es la familia amorosa que querías para tus hijos.

No estoy hablando del grito de temor que explota espontáneamente cuando tu hijo corre por la calle o suelta tu mano entre la multitud.  Estas “erupciones” de miedo transmiten a nuestros hijos un temor saludable, y los niños conocen la diferencia entre un grito de miedo y uno de rabia.

No digo que no haya que decirse la verdad cruda con un tono de voz normal. Hay momentos en los que levantar la voz forma parte del deber de padre o de madre. Hablo de gritar para expresar rabia.

Los peores gritos son los que implican insultos y ofensas. Existe un estudio que demuestra que este tipo de gritos es más nocivo que efectivo que los bofetones. La investigación destaca que los efectos negativos de los gritos ni siquiera se compensan con amor, apoyo emotivo y afecto entre los padres y los hijos, ni por la fuerza del vínculo padres-hijos. En otras palabras “gritar por amor” es una cosa que sencillamente no existe.

Mejor será que antes dejes de gritar. Aquí te ofrecemos seis elementos que me ayudaron a cambiar:

1. Planificación

Haz un la lista mental de técnicas de disciplinas alternativas. Cuando el niño se comporta de modo inaceptable, tienes que estar dispuesto a intervenir sin alzar la voz ni recurrir al castigo físico. Se necesitan años para desarrollar estrategias de disciplina familiar. Adoptamos, por ejemplo, cambios de comportamiento, suspensión de actividades, ejercicios…

2. Admite que gritar es negativo

Tu rabia puede estar justificada pero los gritos no son el mejor modo de expresarla. ¿Qué harías en el trabajo se tuvieses esa rabia? ¡Espero que no grites igual! Encuentra otras formas para manifestar a tus hijos que estás muy enfadado y reconoce que hay momentos en que es contraproducente que sepan que estás enfadado.

3. No obligues a tus hijos a competir con tu teléfono móvil para recibir atención

Un grupo de investigadores sentado en un fast food analizó lo que hacían los niños mientras sus padres navegaban por sus dispositivos digitales. Los niños de todas las edades, incluso adolescentes, se comportaban mal a propósito para llamar la atención. Tu atención, querido papá, querida mamá, es preciosa para ellos.

4. Pide perdón

Si has perdido la paciencia y has gritado, pide perdón. Sí, pide perdón, también a tus hijos pequeños. Después os sentiréis todos mejor. En el momento más tenso, cuando siento mucha rabia, nada me ayuda más a mantener la calma como pensar que después tendrás que pedir perdón.

5. Cuida más de ti.

¿Cansado?  ¿Con sueño atrasado, sobrecargado, irritable? Reconoce tus necesidades y atiéndelas. La rabia es un mecanismo de defensa extremo, que usamos cuando otros fallan. No te permitas llegar a ese punto.

6. Reza con y por tus hijos

¿Has visto el tuit del 1 de abril de Papa Francisco? ¡No, no era una broma! No conseguirmemos controlar nuestra rabia, nuestros gritos y nuestros malos comportamientos sin la ayuda del Espíritu Santo ¡Pídele entonces a Él la gracia! Y deja que tus hijos te escuchen pedir esta gracia al Espíritu Santo.

28/5/18

la felicidad de los demás

PD2: Preocuparse por la felicidad de los otros es el camino para ser felices de verdad. Es nuestro sino, los otros. Hay que dejar de mirarse el ombligo y pensar en qué podemos hacer para ayudar a los demás… Pero concretando, no en etéreo, con un plan de acción, con nombres y apellidos, con cosas a hacer, con mucha oración primero, y llevando la alegría a los demás…

25/5/18

herencia

PD1: No debemos olvidar que no somos propietarios absolutos de los bienes que poseemos, sino administradores. Esto sirve para dos frentes: para los políticos, que no lo han hecho, y para los padres de familia, que deben dejar a sus hijos lo que recibieron de sus padres, mejorando lo recibido…

24/5/18

poner remedios

PD1: Nos advertía san Gregorio Magno: «No nos seduzca ninguna prosperidad halagüeña, porque es un viajero necio el que se para en el camino a contemplar los paisajes amenos y se olvida del punto al que se dirige».

Convendrá, por tanto, saber a dónde vamos y poner remedios para no despistarnos: estar atentos en el ofrecimiento de obras cada mañana, mantener la presencia de Dios con trucos tontos que nos la faciliten y considerar frecuentemente que somos Hijos de Dios, que nos quiere, de manera que todo nuestro día, con oración y trabajo, tome su fuerza y empiece en el Señor, y que todo lo que hemos comenzado por Él llegue a su fin.

23/5/18

borrar cosas de la memoria

PD2: Ojalá se pudieran borrar cosas de la memoria. En la confesión con un cura es lo que ocurre, se borran las maldades que hayamos cometido, de ahí la alegría que experimentamos… Y no se nos pide explicaciones. Lo borramos de nuestra cabeza. Es un gustazo!!!

22/5/18

la vida eterna

PD1: Lo que queremos es la vida eterna…

Lo que debe morir en ti para que renazcas

La vida eterna es mucho mejor que mi vida llena de muerte

Hay algo dentro de mí que tiene que morir para que brote vida nueva. O para dejar espacio a la vida que nace desde dentro.

O tal vez hay algo ya muerto y que huele en mi interior que tiene que resucitar para darme nueva vida. No lo sé. Pienso en ello. Hago mi lista de cosas muertas que llevo dentro. Y de cadenas que quiero que ser rompan para ser más libre.

Sé que la vida que Jesús me promete me gusta mucho más que mi muerte oscura. Me gusta más la confianza ciega en un Dios oculto que mis miedos enfermizos que me atan a la vida caduca. Me gusta mucho más la alegría de una promesa que el trago amargo de la derrota que bebo.

Quiero la vida, no quiero la muerte. Pero sé que es necesario morir para volver a nacer. Morir a mis miedos, a mis egoísmos, a mis idolatrías para vivir con libertad, lleno de amor. Morir a tantas cosas que en mí son cadenas pesadas.

Miro la vida que brota del costado abierto de Jesús. Me amó hasta el extremo. Miro la fuente de vida.

“La vida del hombre no se agota en esta tierra. Y dado que el alma del hombre es inmortal, el fin último del hombre trasciende esta vida terrestre y se dirige hacia la contemplación de Dios”[1].

Miro al cielo lleno de confianza. El final es un para siempre. Pero entre mi muerte de hoy y la vida plena al final de mi camino, transcurre mi hoy que se abre a un futuro lleno de esperanza.

Decía Søren Kierkegaard: “La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia delante”.

A veces me encuentro mirando hacia atrás. Anclado en el pasado. Es verdad que es necesario. Pero sólo para comprender el paso de Dios por mi vida. Sus deseos ocultos en mis huellas.

No me quedo en el pasado justificando mi pereza y desidia. No quiero pensar que mi momento ha pasado y no me queda nada por hacer. No es verdad.

No importan los años que ya tenga. Viviré todo lo que Dios quiera. Tengo toda mi vida por delante para cambiar el mundo.

Quiero vivir con la alegría pascual mirando los años que me quedan. Sonriendo al futuro. No quiero agobiarme pensando en la muerte. No quiero vivir anclado en lo que fue y ya no es, o pudo haber sido, recordando historias pasadas.

Vivo el presente abierto a un futuro mejor. La vida eterna es mucho mejor que mi vida llena de muerte.

Vivo mi hoy con el corazón lleno de Pascua, lleno de luz. Reparto sonrisas y esperanza. Hablo de la vida, no de la muerte. Tengo la alegría dibujada en los labios.

¿Qué me falta para ser feliz? Lo tengo todo. Jesús me lo da todo. Y lo que no poseo no lo envidio. Puedo ser feliz con muy poco. Cuando dejo de poner mi mirada en un horizonte que no existe. O en cosas que no me dan la alegría plena.

Hoy llego al sepulcro vacío, a mi corazón vacío. Ya no está el cuerpo de la muerte. ¿Qué ha resucitado en mí?

Quiero dejar allí mis miedos, mis apegos enfermizos, mi muerte. Jesús está conmigo, en mi camino, en mi vida. Él vive. No me deja solo porque quiere que viva una vida plena, con sentido.

Así quiero vivir, resucitado. Con su vida en mi corazón. Con su resurrección imposible en mi muerte. Comienza el reino a brotar en mi alma. Entre mis manos, su vida.

[1] Jesús Sánchez Adalid, Y de repente, Teresa

21/5/18

Fe y Obras

PD1: La fe no depende de las obras, pues «una fe que nosotros mismos podemos determinar, no es en absoluto una fe» (Benedicto XVI). Al contrario, son las obras las que dependen de la fe. Tener una verdadera y autentica fe implica una fe activa, dinámica; no una fe condicionada y que sólo se queda en lo externo, en las apariencias, que se va por las ramas… La nuestra debe ser una fe real, luego vendrán las obras. Qué ejemplo nos dan tantas veces los ateos con sus obras y su falta de fe. No seamos ateos nosotros y pidamos que nos aumente ese regalo maravilloso que nos da Dios que es la fe.

Esta mañana leía por ahí que hay muchos sacerdotes anglicanos sin fe en Dios. ¡Qué pena, qué suplicio ser sacerdote y no tener fe!

18/5/18

aceptar las críticas

PD1: Ser humilde significa aprender a aceptar críticas constructivas, sin dañar nuestra autoestima. Casi nunca aceptamos que nos corrijan, cuando siempre es por nuestro bien, ya que nunca vemos nuestros defectos…

17/5/18

mal humor

PD1: La tristeza a veces se expresa con mal humor. ¿Cómo llevas tu mal humor? Generalmente es malo para los que nos rodean, pésimo… Así que ánimo y sonríe.

16/5/18

fidelidad

PD1: Ni el cristiano, ni la Iglesia pueden seguir las modas o los criterios del mundo. El criterio único, definitivo e ineludible es Cristo. No es Jesús quien se ha de adaptar al mundo en el que vivimos; somos nosotros quienes hemos de transformar nuestras vidas en Jesús. «Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre». Esto nos ha de hacer pensar. Cuando nuestra sociedad secularizada pide ciertos cambios o licencias a los cristianos y a la Iglesia, simplemente nos está pidiendo que nos alejemos de Dios. El cristiano tiene que mantenerse fiel a Cristo y a su mensaje y no hacernos una vida espiritual a la carta: esto me gusta, esto no…

14/5/18

importamos mucho los padres...

PD1: Los padres también contamos, y mucho, en la educación y crianza de los hijos…

‘Para los hijos, el padre es tan importante como la madre’

Los hijos necesitan la alteridad sexual, lo que le da la masculinidad del padre y la feminidad de la madre

Podemos solucionar una gran cantidad de conflictos si tenemos en cuenta que nuestro marido o nuestra mujer tienen una visión distinta del mundo.

¿Qué ha pasado para que el varón haya quedado desplazado?

Lo que ha ocurrido es que el feminismo, por decirlo de alguna manera, se ha pasado de tuerca. En un principio, fue un feminismo magnífico, que buscaba la equidad. En España, algunas de las figuras importantes de ese feminismo fueron Emilia Pardo Bazán o Clara Campoamor. Pero a partir de mayo de 1968, ha habido una deformación del feminismo que tiende no a la igualdad, sino al igualitarismo. Ahora tenemos un paisaje social irreconocible desde el punto de vista de la masculinidad donde se tilda a los hombres de autoritarios o de que traumatizan a los hijos.

¿Qué diferencias biológicas hay entre hombres y mujeres que sean relevantes para la familia?

La forma de ver la vida es diferente porque es innegable que las hormonas tienen mucho efecto en el cerebro. Pero es muy importante aclarar que no estamos predeterminados, no todo es biología. Por medio de la voluntad se puede conseguir cualquier cosa. Dicho esto, es cierto que la mujer tiende a una mayor donación de sí misma porque hormonalmente está preparada para la maternidad. La empatía femenina es muy fuerte, es aquello de lo que hablaba Juan Pablo II: el genio de la mujer que la hace humanizadora. Además, la autoestima en las mujeres radica en una tupida red de conexiones sociales.

En cambio, en los hombres es justo al contrario, su autoestima radica en ser independientes. La testosterona provoca, por ejemplo, una mayor capacidad viso-espacial y los hombres tienen 20 veces más testosterona. Las prioridades y los intereses son distintos. Además, a los hombres les cuesta más la dimensión emocional. Llevamos años creando analfabetos emocionales. Eso hay que educarlo.

En resumen, podemos solucionar una gran cantidad de conflictos si tenemos en cuenta que nuestro marido o nuestra mujer tienen una visión distinta del mundo.

¿Cuál es el papel del padre en la educación de los hijos?

Es la piedra angular, el norte, el punto de referencia. Son tan imprescindibles como las madres. Los hijos necesitan la alteridad sexual, lo que le da la masculinidad del padre y la feminidad de la madre. Los padres marcan absolutamente a los hijos, por eso es importante que sean conscientes de lo que tienen entre manos. Para los hijos varones, su padre es su símbolo de masculinidad. En cuanto a las hijas, en el futuro buscarán una relación con un hombre parecida a la que han visto entre su padre y su madre.

¿Qué aporta el hombre tanto a la mujer como a los hijos?

Para responder a esto, tenemos que partir de reconocer que el hombre y la mujer somos igualmente dignos, pero no idénticos o intercambiables. Si partimos del igualitarismo sexual, no nos dejamos complementar y las carencias del otro las vemos como defectos. No hay que pensar “mi marido tiene defectos”, sino sencillamente que es masculino y no tiene mi feminidad. Yo le puedo complementar y él me puede complementar.

En relación con los hijos, la libertad es fundamental. Estamos en un momento en el que los hijos vienen planificados, tarde y se tienen pocos. Esto provoca que el hijo se haya convertido en un objeto de deseo para la madre, hasta el punto de que puede crearse un universo cerrado entre madre e hijo que es insano. Esta relación desplaza al marido y acaba devorando a la madre y al hijo. Ahí el papel del hombre es cortar el cordón umbilical, dar libertad al hijo y a la mujer.

¿Cómo puede prepararse un joven para ser un buen marido y un buen padre en el futuro?

Hay que prepararles desde que son pequeños. En esto el ejemplo es fundamental. Los niños y los jóvenes son esponjas que nos observan constantemente, por lo que la vida armoniosa de los padres es la mejor educación. No se trata de que el marido y la mujer sean perfectos, sino de que se quieran con sus imperfecciones y de que sean honestos.

En la vida de los hijos también es clave la presencia del padre. Padre se escribe con ‘p’ de presencia. Si por las circunstancias (trabajo, etc.), la presencia física no es la mayor posible, es importante que haya una presencia simbólica. Una llamada de teléfono del padre tiene efectos más beneficiosos para un hijo que cuatro viajes a Disneylandia. También pasa con las chicas. El padre que le deja un post-it a su hija que dice “te quiero”, acaba de hacerle el día.

11/5/18

el infierno...

PD1: Nos queremos demasiado a nosotros mismos, poco a los demás y muy poco a Dios:
Hay que amar más, a Dios, a los demás y, algo menos, a uno mismo...

10/5/18

nuevo nieto!!!

PD1: Voy a volver a ser abuelo, el séptimo nieto!!! Con 54 años me siento muy joven, aunque se empeñen mis hijos en hacerme más abuelo cada año. Como siempre me han encantado los niños, les dedicaré todo mi tiempo y esfuerzos…, sin incordiar a los padres. Es una gran alegría y otro motivo de dar gracias a Dios… ¡Más niños es lo que necesita España!

9/5/18

pedir perdón

PD1: Pedir una disculpa, no significa que la otra persona tenga la razón, significa que valoras más una relación que a tu ego. Lo que nos cuesta pedir perdón y lo bien que nos deja pedirlo y ser perdonados… Pues lo mismo ocurre en el confesionario!!!

8/5/18

el caminito de Santa Teresita

PD1: La enseñanza de Jesús es por supuesto exigente, pero Teresa del Niño Jesús nos ayuda a percibirla realmente como una buena nueva, puesto que para ella el Evangelio no es otra cosa que la revelación de la ternura de Dios, de la misericordia de Dios con cada uno de sus hijos, y señala las leyes de la vida que llevan a la felicidad. El centro de la vida cristiana es acoger con reconocimiento la ternura y la bondad de Dios —revelación de su amor misericordioso— y dejarse transformar por dicho amor.

El itinerario espiritual tomado por santa Teresita, el “caminito”, es un auténtico camino de santidad, un camino con cabida para todos, hecho de tal manera que nadie puede desanimarse, ni los más humildes, ni los más pobres, ni los más pecadores. Teresa anticipa así el Concilio Vaticano II que afirma con seguridad que la santidad no es un camino excepcional, sino una llamada para todos los cristianos, de la que nadie debe ser excluido. Hasta el más vulnerable y miserable de los hombres puede responder a la llamada a la santidad.

Esta santidad consiste en un «camino de confianza y amor». Así, «el ascensor que ha de elevarme hasta el cielo son tus brazos, Jesús! (…). Tú, Dios mío, has rebasado mi esperanza, y yo quiero cantar tus misericordias» (Santa Teresa de Lisieux).

7/5/18

tratar a Dios

PD1: ¿Qué es la oración?
En definitiva, tratar a Dios…, que sí, existe, nos quiere, nos ama sin medida, y espera que le correspondamos…, dedicándole parte de nuestro tiempo en la oración, y dedicándoselo al prójimo en quererles y ayudarles...

4/5/18

el amor es una entrega diaria...

PD1: Me encanta hablar de amor…

¿Qué es el amor?

El amor empieza con Dios y termina con la entrega diaria de uno mismo cada día a los demás

1. El amor empieza por amar a Dios, y dejándonos amar nosotros mismos por Dios.

Muchos de nosotros gastamos la vida entera buscando el amor, buscando alguien o algo que nos “llene”, que nos haga sentirnos amados, apreciados y aceptados. Según el padre Larry Richards de la Reason for Our Hope Foundation, estamos a menudo buscando, como dice la canción, “en todos los sitios equivocados”.

“Cuando se trata del amor, nos gusta perdernos” dijo el padre Larry a Aleteia. “Lo que el corazón de cada uno necesita, creo, es el amor. E intentamos que los otros llenen esta profunda necesidad en nosotros, pero ellos sólo pueden llenarla parcialmente, porque todos somos seres humanos limitados”.

“El único que puede llenar la más profunda necesidad de nuestro corazón es Dios, que está más allá de lo finito, que es infinito. Él puede colmarnos una y otra vez, tan plenamente, con su amor, que entonces sobreabundamos de su amor y podemos llevarlo a otras personas”

El padre Richards reflexionó que parte de nuestro problema es también que no comprendemos quién es Dios, y como resultado de ello, qué es el amor: “Pensamos en Dios como en este gran Ogro en el cielo. No lo decimos, pero lo pensamos”.

Afirmó que mucha gente piensa que Dios va a por ellos, o que espera que fallen para poder castigarles o hacerles sufrir.

Pero Dios no es así: “Dios hace todo lo que puede para salvarnos, amarnos, y no puede hacer ya más de lo que ha hecho, así que cuando llegamos a saberlo, nos convertimos en instrumento de amor hacia los demás”.

Y aprender a amar no es fácil, añadió, o algo en lo que uno se pueda hacer experto con rapidez: “creo que es un objetivo que dura toda la vida, y algo que empezar especialmente cuando eres joven”.

2. Por desgracia, hay muchas ideas sobre el amor que se quedan cortas ante la realidad del amor.

“[El amor] tiene que ver con entregarte a ti mismo, que es lo opuesto de lo que dice el mundo”, dijo el padre Richards a Aleteia. “Todos lo sabemos de forma intuitiva […], pero al mismo tiempo, no lo vivimos”.

Afirmó que muchas concepciones modernas del amor, como las que se ven en las comedias románticas y en las canciones pop, como ideas falsas que atraen a la gente porque está hambrienta de amor.

“Cuando la gente está hambrienta, y quiere comer, no se preocupa de lo que es, se come cualquier cosa”, afirmó. “la Madre Teresa solía decir que la gente en la India está tan hambrienta que iría a buscar excrementos de perro y comérselos, para intentar llenar el vacío.

“Creo que la gente joven, y todo el mundo, está tan hambrienta de amor, que intenta llenarse con todas estas cosas, que son falsificaciones, y basuras, y no les llena”.

Dijo que otra idea falsa sobre la vida en general es que la gente piensa que es suficiente con hacer lo que es correcto. Según el padre Richards, esto no es suficiente, especialmente para un cristiano.

“Puedes ser un ateo y hacer lo correcto, y esto no hace de ti un cristiano”, explicó el sacerdote. “Por eso, tenemos buenas personas que hacen gestos y que van a la iglesia el domingo, y no son diferentes de los ateos.

“Se conforman con hacer gestos, cumplir los mandamientos, y eso es bueno, pero no es relación. Se trata de amor, se trata de tener experiencia del amor y de dar amor”.

3. Si quieres aprender a ser uno que ama, empieza por la oración.

La oración, según el padre Richards, es el primer paso para ser una persona que ama. Y no se trata sólo de recitar oraciones de memoria que aprendimos de niños, sino más bien, “la oración de estar en la presencia de Dios”.

“Una buena forma de rezar”, dijo, “es dedicar cinco minutos al día, y empezar con un ‘lo siento’, y deshacerte de las cosas que te separan de él”.

“Después”, prosiguió, “nos abandonamos a él, porque amar significa abandonarse – ‘me doy a ti’ – esto es el amor”.

“Y en tercer lugar, sólo tienes que cerrar los ojos, y pedir al Dios del universo que te sostenga”, explicó el sacerdote. “Y entonces durante tres o cinco minutos, sólo siéntate en los brazos de Dios y pon la cabeza junto a su pecho como Juan evangelista hizo en la Última Cena, y escucha el latido de su corazón”.

Y cada vez que su corazón late, oye cómo el Dios del universo dice ‘te quiero’, ‘te quiero’”.

El sacerdote reflexionó que a menudo se nos escapa la clave de la oración: “tiene que ver con la relación, con dejar de quedarse en los gestos de ser católico o cristiano, y realmente integrar esto en nuestras vidas, y entonces nos podemos transformar”.
“Y una vez tienes experiencia del verdadero amor”, añadió. “entonces puedes ser verdadero amor en el mundo”.

4. El amor es también práctico: para ser una persona que ama debes hacer actos desinteresados todos los días.

Cuando Aleteia preguntó al padre Richards qué podemos hacer para ser mejores amantes, él no dijo nada sobre velas con forma de corazón, rosas, bombones o cenas sorpresa. Estos detalles populares pueden simbolizar el afecto y estima por los demás, pero la tarea real de amar es algo muy distinto.

Ser una persona que ama, dijo, es “prácticamente perder tu vida cada día”. “Es una vida de servicio”.

De hecho, sugirió repetirnos a nosotros días un “mantra de amor” diario: “Soy el tercero – Dios es el primero, los demás son los segundos, y yo soy el tercero”.

Y al final de cada día, podríamos preguntarnos a nosotros mismos: “¿Hice al menos una cosa desinteresada por alguien hoy? Si la respuesta es no, entonces has desperdiciado tu vida en Cristo hoy, sólo has vivido para ti mismo”.

El amor es muy práctico, concluyó: “La gente habla sobre cómo ser un buen amante, pero ¿cómo amas tu? ¿Te preocupas más por los otros? ¿Cómo se manifiesta esto en tu vida? ¡Muéstramelo! Haces actos desinteresados todos los días?” “Son estas pequeñas cosas las que hacen real el amor “

3/5/18

noviazgo

PD1: Prepararse para casarse…

7 experiencias por las que toda pareja debería pasar antes de casarse

Cómo llegamos al matrimonio es muy importante

Enamorarse de alguien no alcanza para poder vivir responsablemente compartiendo la vida con esa persona. Antes de casarse es necesario vivir un tiempo de trato, conocimiento y preparación para evaluar si será imposible, posible o muy posible compartir un proyecto de vida con esa persona y sentar las bases sólidas de un amor en el que nos jugamos la mayor felicidad. 

1. Hacer una actividad recreativa juntos

Es importante que los novios sean amigos, que disfruten y compartan un hobby.

Algunos psicólogos afirman que la crisis de muchos matrimonios se produce cuando en su memoria solo habitan malos recuerdos. Por eso es importante que exista entre los novios una amistad contribuya a la estabilidad y al desarrollo de una relación que se alimenta de afectividad, buenos recuerdos y proyectos de futuro.

2. Establecer un presupuesto compartido

El tema del dinero suele ser otra fuente de conflictos normales de la convivencia conyugal. Como expresa Gottman, “tanto si se disfruta de una cuenta bancaria importante como si tienen que apretarse el cinturón, muchos cónyuges se enfrentan a importantes conflictos”. 

La clave para superarlos es establecer un presupuesto consensuado y trabajar en equipo para resolver los problemas financieros a través del diálogo sobre preocupaciones, necesidades y prioridades de la pareja. Así se podrán tomar las decisiones correcta.

Por eso, puede resultar una buena idea que los novios mantengan un presupuesto común y gestionarlo para salidas o proyectos de ahorro para, por ejemplo, comprar en el futuro una casa.  

Soñar juntos con una casa eligiendo fotos y decorándola con la imaginación y la ayuda de revistas puede ser un factor de unión muy fuerte.

3. Superar una crisis juntos

“Crisis” significa oportunidad de cambio, de crecimiento. En toda relación hay crisis que si se viven adecuadamente seguramente se saldrá más fortalecido o con una unidad más consolidada.

En el noviazgo las crisis permiten conocerse y detectar las fortalezas y debilidades de cada uno y así conocerse bien.

Para que la relación prospere es necesario aceptar al otro tal y como es. Y si uno no puede convivir toda la vida con aspectos del otro que no le agradan, como las diferencias en valores, no es prudente continuar la relación. 

 La utopía de pensar que la otra persona va a cambiar cuando se case ha sido el principio del fin de muchas vidas matrimoniales. 

4. Saber esperar

La entrega física total a otra persona crea un vínculo afectivo muy fuerte, que puede afectar a la libertad de cada uno a la hora de decidir por compartir un proyecto de vida con otra persona. 

Se puede también correr el riesgo que la relación sea polarizada por lo físico y obstaculizar el conocimiento del otro en su integridad: talentos, valores, miedos, preocupaciones, alegrías.

Es un mito creer que puede probarse la armonía sexual futura. Acostarse con la novia o el novio no es ninguna prueba, ninguna garantía de la futura armonía sexual con el cónyuge, ya que la armonía depende de una serie de circunstancias que pueden no existir durante el matrimonio. 

Para vivir buenas relaciones sexuales que incluyan placer, ternura y comunicación recíprocos, conviene esperar. No se trata de rechazar el impulso sexual, sino de aprender a gobernarlo por amor y así tener la posibilidad de vivir la entrega total, entrenarse en la fidelidad y el disfrute del placer físico, de la paz y del gozo espiritual.

5. Compartir momentos con amigos y familia

Conocerse y entenderse implica ver no sólo lo que dice el otro sino cómo vive el otro: cómo trata a sus amigos, a su familia, a sus compañeros de trabajo, cómo me trata, cómo valora lo propio de mi persona, cómo maneja las distintas situaciones de la vida. 

Este trato interpersonal en lo cotidiano de la vida permite advertir si la persona de quien me enamoré es la persona a la cual quiero que mis hijos se parezcan o si quiero compartir con ella toda la vida.

Cuando elegimos a una persona, lo hacemos con una historia que tenemos que abrazar: su familia, qué prioridad le da y cómo es su convivencia con ellos, cómo se imagina la propia, qué piensa de mis amigos. 

6. Desarrollar una comunicación íntima y profunda

Uno de los atributos del ser humano es su intimidad, es decir, su vida interior. Cuando una pareja se entrega totalmente al otro, ponen en común su intimidad. Para que el otro conozca esa vida o mundo interior es necesaria la comunicación, la puesta en común lo propio:estados de ánimo, emociones, sentimientos, juicios, decisiones, etc.

En un noviazgo donde hay diálogo e interrelación puede advertirse suficientemente la identidad de una persona y ver si será difícil, muy difícil, imposible o posible compartir con ella un proyecto de toda la vida. Si bien el buen noviazgo no agota el conocimiento de una persona,  permite un conocimiento suficiente para decidir o no un proyecto amoroso común.

Ser esposos significa dos personas que sin fusionarse viven como una, es decir, como unidad, precisamente a través de la comunicación y participación recíproca en sus mundos interiores o intimidades.

A mayor comunicación del hombre y de la mujer existirá un “nosotros” más rico sobre el cual edificar y a menor comunicación un “nosotros” más pobre. 

7. Participar en cursos educativos para novios  

Muchos conflictos tienen su origen en la ignorancia que se tiene sobre las múltiples diferencias masculinas y femeninas que biológicamente existen en las maneras de ser, pensar y vivir. Este conocimiento no solo ha iluminado a muchas parejas a superar obstáculos y comprenderse, sino a amarse mejor. 

Podemos llegar a tener la oportunidad de recibir una formación técnica e intelectual en muchos ámbitos, pero la afectividad también requiere educación y buscar ayuda puede ser clave. Las parejas tienen que tomarse un tiempo para aprender sobre el amor y su dinámica, la comunicación y la complementariedad con la persona que ha elegido. 

Desde el punto de vista físico la manera de experimentar el cuerpo, los disparadores del impulso sexual, sus ritmos, sus reacciones y conductas en las fases del acto sexual son diferentes en varones y mujeres, así como también el conocimiento sobre la fertilidad que es fundamental para una pareja que planea formar una familia el día de mañana. 

También hay un rico mundo afectivo por conocer en donde la mujer y el varón se expresan que se valoran. Si uno adquiere estas herramientas para conocerse y amarse antes, podrá estar mejor preparado para la etapa del matrimonio cuando las cosas se ponen difíciles o hay presiones externas que afrontar.

Nos ayudará a acercarnos a la felicidad recíproca al convertirnos en expertos de la persona que amamos: conocer lo que le agrada para dárselo y lo que le desagrada para evitarlo, aceptar su vocación y facilitarle las cosas para su desarrollo promoviendo sus talentos y habilidades.