28/9/18

somos Hijos de Dios

PD2: El sabernos Hijos de Dios nos da mucha tranquilidad y paz. No estamos solos en este mundo. Tenemos nuestra familia, padres, hermanos, hijos, amigos… Pero, sobre todo, le tenemos a Él que nos mima, nos acoge, nos perdona, que nos quiere a cada uno en especial, a todos, a los que le corresponden y a los que no. Mandó al Señor para salvarnos y no nos abandona nunca, se quedó con nosotros en la Eucaristía. Vivimos pensando que todo lo podemos nosotros solitos, cuando estamos en sus manos y Él nos provee. Con nuestro esfuerzo sólo, nada alcanzaríamos. Tenemos toda la libertad, que nos dio, pues nunca nos abandona, es nuestro Padre y somos sus hijos.

27/9/18

vivir en paz

PD1: ¿Quién no desea vivir en paz?

Esto es lo que puedes hacer tú por la paz en el mundo

La paz mundial comienza por una paz interior. Seamos pues generadores de paz

¿Quién no desea vivir en paz? Hacemos todo y de todo con tal de experimentar ese tan ansiado estado interior. Hasta cruzamos océanos para llegar a esos majestuosos lugares lejanos que nos transmitan sosiego, tranquilidad, armonía…

A veces es tantísima nuestra necesidad por sentirla que hasta caemos en lo absurdo creyendo que la podemos comprar o llegar a hacerla nuestra por medio de agentes externos como los cuarzos y todas esas cosas esotéricas que tan de moda están hoy en día. ¡Peligrosísimo!

Si tan solo entendiéramos y, sobre todo, aceptáramos que está tan al alcance de nuestra mano y que sentirla no cuesta un solo centavo.

La verdadera paz interior es fruto del Espíritu Santo. Cuando nuestra alma corresponde con docilidad a sus inspiraciones produciremos actos de virtud y frutos como la paz. Esto quiere decir que forzosamente necesitamos tener una disposición interior y cooperar ascéticamente para vivir virtuosamente.

El estado interior en el que tú y yo elijamos vivir será el que generemos a nivel, no solo familiar, sino mundial porque tanto el amor, la paz, la alegría, así como el mal humor y el odio se transmiten.

Entonces si de verdad queremos vivir en un mundo con paz necesitamos comenzar por tener paz interior de forma personal. Necesitamos ser como la luz del sol que los girasoles buscan porque la necesitan. Seamos de esas personas que a los demás se les antoje estar cerca de nosotros porque les transmitimos tranquilidad y todo aquello que provoca la serenidad.

¿Cómo puedes ser generador de paz?

+Reza, medita, platica con Dios. Cada mañana date unos minutos a solas con Él y por medio del silencio escucha su voz y permite que te llene de su paz.

+Detente a pensar antes de hablar, de escribir y de actuar. Es decir, reflexiona en lo que puedes generar con tus palabras al decir tal o cual cosa, al escribir ese mensaje o al actuar de aquella manera. Es importante que recapacites en cómo te sientes en ese momento. Si te sientes irritado seguramente vas a transmitir esa emoción y no generarás paz.

+Sé muy cuidadoso con lo que compartes en tus redes. El botón de “compartir” no manda ningún foco rojo o señal de ¡alerta! así que sé muy prudente a la hora de apretarlo. Sé delicado con los mensajes que escribes; con las noticias y las fotos que compartes o reproduces. Aquí también es importante que te detengas a pensar en qué es lo que puedes generar: paz, esperanza o intranquilidad, pesimismo, angustia.

+Genera buenas noticias y compártelas. ¡Y evita las malas! Trata de ser solo portador de buenas nuevas. Es muy triste que estas difícilmente se reproducen, pero las otras… ¡Uf! Como virus se propagan.

Vivir en paz no significa ausencia de problemas, sino esperanza en el Creador; certeza de que tras una noche oscura siempre sale el sol. Por lo tanto, cuando pases por un momento difícil que te pueda hacer perder tu paz interior invoca el Nombre de Dios y dile: “Dame esa paz que solo tú me puedes dar”, respira y a enfrentar la vida como venga, siempre en paz.

La paz es contagiosa. Elegir todos los días, a pesar de las circunstancias, vivir en ese estado, ser generadores de paz y no de odio; de esperanza y no de pesimismo. Sobre todo, en esta época en que las redes sociales se pueden convertir en eso, en fuentes de concordia y conciliación o, todo lo contrario. ¡La paz también puede hacerse viral!

26/9/18

la felicidad...

PD1: Todos queremos ser más felices. La felicidad es lo que más nos preocupa alcanzar y lo que vamos buscando con nuestra conducta, con las cosas que hacemos… Y sí, el dinero no te la da, ni mucho menos. Si sabes inglés, te recomiendo este video… La felicidad en un 50% es genética (ya sabes lo mucho que quiero a los siesos). Aunque también hay que estar proactivo, hay que hacer cosas para conseguirla, tomar decisiones, cambiar lo que hacemos mal, tratar de adquirir buenas costumbres. Y sobre todo, la fe, la familia, ser caritativo y la satisfacción por el trabajo…, por hacer bien las cosas.

25/9/18

hacer felices a los que nos rodean...

PD2: En el alma de cada cristiano, Jesús ha sembrado, por el Bautismo, la gracia, la santidad, la Verdad... Hemos de hacer crecer esta semilla para que fructifique en multitud de buenas obras: de servicio y caridad, de amabilidad y generosidad, de sacrificio para cumplir bien nuestro deber de cada instante y para hacer felices a los que nos rodean, de oración constante, de perdón y comprensión, de esfuerzo por conseguir crecer en virtudes, de alegría...

24/9/18

la esperanza ante la muerte

PD2: San Braulio de Zaragoza dijo: “La esperanza de la resurrección debe confortarnos, porque volveremos a ver en el cielo a quienes perdemos aquí”. Por eso cuando vas al tanatorio a consolar a un fallecido, si es cristiano, la gente reza por el fallecido, por sus buenos recuerdos, pero no hay tanta pesadumbre, como cuando ves lo desolados que se quedan los familiares de los no creyentes…

21/9/18

leer el evangelio con humildad

PD1: Con respecto a leer el evangelio todos los días, hay que hacerlo no con el afán de conocer la historia, sino leyendo un rato corto cada día, meditando las palabras, metiéndonos en ese momento, que Dios nos habla a nosotros ahora, no a esos judíos de entonces… Hemos de dejar que la Palabra de Dios llegue a nuestro corazón y nos convierta, dejar cambiarnos, transformarnos con su fuerza. Pero para eso hemos de pedir el don de la humildad. Solamente el humilde puede aceptar a Dios.

20/9/18

el noviazgo

PD1: Tengo un hijo que se acaba de ennoviar, así que esto va para él…

¿Quieres tener éxito en el noviazgo? Cultiva estos valores

Descubre qué actitudes llevan a una relación profunda, sincera y llena de respeto

En algún momento de nuestra vida nos descubrimos ilusionados y cautivados por una persona en especial. Podemos afirmar que nada se compara con la presencia de “ese alguien” y nuestro cariño se fortalece en la medida que encontramos correspondencia a las atenciones y detalles que mutuamente se procuran en pareja.

Lamentablemente, pocas son las parejas que pudieran servir de modelo para ilustrar como debe vivirse el noviazgo. Los más nobles sentimientos parecen estar sometidos a unos cuantos encuentros casuales, al placer sensual, a rendir nuestro juicio y voluntad a las exigencias de la otra persona. Tal vez la modernidad propone una vida sin compromisos, donde a final de cuentas lo importante es “pasar un buen rato”…

El noviazgo es sinónimo de correspondencia y afinidad, ¿pero en qué? Primeramente en valores, sentimientos, intereses, gustos, aficiones… Eso es lo importante. La atracción física y la diversión son los elementos decorativos de una relación profunda, pero nunca el motivo de unión y de entrega absoluta.

Si deseamos que el noviazgo sea un medio para el desarrollo individual y el crecimiento como pareja, es necesario poner en práctica algunos valores necesarios e importantes para lograr este objetivo:

Respeto

Siempre se habla de respetar ideas, gustos, hábitos y costumbres, pero eso no significa estar de acuerdo con todo, o permanecer indiferentes. Muchos de estos aspectos pueden no parecernos e incluso disgustarnos y lo correcto será ayudarse mutuamente a corregirlos. Recordemos que cuando existe un interés y cariño auténticos, siempre se buscará el bien de la otra persona.

El respeto en pareja también debe vivirse en las manifestaciones de cariño: caricias, abrazos, besos e incluso palabras. ¿Cómo saber que estamos actuando correctamente? Alguien decía a una joven pareja: “Cuando estén a solas, compórtense de la misma manera que si estuvieran delante de sus padres o de otras personas; así no se equivocarán, ni cometerán una imprudencia”.

Con nuestro digno comportamiento, también demostramos respeto por nuestros padres, la familia y todos los principios morales recibidos en casa, la escuela y la religión.

Decencia

En el noviazgo siempre es necesario evitar todo aquello que sea provocativo: ropa, posturas, caricias, palabras y hasta algunos tipos de baile. Estos son recursos que utilizan las personas para aprovecharse de la situación y lo único que buscan es una relación pasajera. Si deseas que te tomen en serio y te aprecien de verdad, evítalas; así no darás la impresión de ser una “persona fácil”. También es conveniente tener un horario adecuado para salir, pues siempre habrá murmuraciones respecto a las parejas trasnochadoras.

Después de todo, cualquier persona prefiere entablar una relación seria con alguien que viva este valor, pues no existe nada en su conducta que sea reprochable, ni rumores ni calumnias, solo comentarios positivos. El comportarse decentemente garantiza tu buena fama.

Sana Diversión

Uno de los más grandes peligros que existen en los noviazgos es la búsqueda constante de nuevas diversiones. Lo más difícil es encontrar actividades que nos permitan vivir los valores y conducirnos con respeto.

La ociosidad y la falta de prudencia en pareja constituyen la causa de todos los desaciertos que se cometen. Por eso ayuda mucho el asistir a lugares públicos con adecuada iluminación; participar en actividades de conjunto; platicar en casa o ver películas a puertas abiertas, además de cerciorarse que alguna otra persona se encuentra en el lugar; tener alguna afición: deportes, música, pintura, colecciones; utilizar el auto para transportarse y no como “refugio” para tener cierta intimidad.

Conviene recordar que los lugares y actividades donde circula el alcohol, drogas o prevalece un ambiente sensualdisminuye nuestra capacidad de autodominio; por lo tanto, no deben considerarse como la mejor opción para divertirse.

Autoestima

En apariencia la autoestima en un valor egoísta, donde proteger nuestro yo íntimo es lo más importante para no salir lastimados. Pero la realidad es que la autoestima nos permite descubrir todo lo bueno que tenemos(cualidades, habilidades, hábitos), así como nuestros defectos. Esto nos permite desarrollar nuestras cualidades y buscar la manera de superar nuestras fallas. El conocimiento propio nos brinda seguridad y confianza, tomando conciencia del valor que como personas tenemos.

Cuando la autoestima está bien fundamentada, se aprende a aceptar los consejos y críticas para mejorar nuestra persona: modales, vocabulario, forma de vestir, disposición al trabajo o al estudio, relación familiar, etc. Pero también nos ayuda a defender nuestros principios moralesrechazar la manipulación de nuestras ideas y sentimientos para ceder a los caprichos de otra persona, sea cambiando nuestra conducta, creencias, amistades o donar nuestro cuerpo por temor a perder “ese cariño”.

A pesar del dictado de nuestros sentimientos, la autoestima nos permite abandonar una relación que no prospera por las discusiones, la falta de entendimiento y de respeto, o que definitivamente nos impide comportarnos con dignidad.

Compromiso

¿Compromiso en el noviazgo? Esto sí que es novedad. Aunque parezca exagerado y fuera de contexto, no debería extrañarnos hablar de este valor si lo consideramos como elemento indispensable para desarrollar nuestra personalidad.

La formalidad en nuestra conducta nos lleva a cumplir lo mejor posible los compromisos adquiridos, esto es, corresponder a la confianza depositada, demostrar que nuestra palabra empeñada vale tanto o más que un contrato escrito, vivir la sinceridad evitando la mentira y la doble personalidad, discretos para no revelar las confidencias recibidas… ¡Lo mismo que en un trabajo profesional, con los amigos o en familia! Ese es el primer compromiso que tenemos: ser honestos con nosotros mismos para poder cumplir íntegramente con los demás..

En todas las relaciones humanas hace falta comportarse con madurez y seriedad; el noviazgo no es una relación de segunda categoría por ser una “relación informal”. Esto significa evitar jugar con los sentimientos de la otra persona, engañar a varias a la vez o buscar la compañía para cuando no haya algo mejor que hacer.

De alguna manera, al vivir lo mejor posible nuestro noviazgo nos estamos preparando para adquirir mayores compromisos, como puede ser el matrimonio. Lo cierto es que la falta de compromiso en cualquier actividad o relación, termina por llevarnos a la superficialidad, la apatía y la trampa… ¿Se puede confiar en alguien así?

Esto no quiere decir que al tener una pareja debemos permanecer “atados” indefinidamente. Se trata de poner en orden nuestros intereses, planes, actividades y sentimientos, para encontrar el momento justo y la persona adecuada para emprender una relación. Comportarse de esta manera nos da personalidad, madurez y calidad humana.

Devolver el encanto al noviazgo es algo más que ver la vida color de rosa, es recuperar el respeto y la dignidad de hombres y mujeres, convirtiéndose en personas con la capacidad de formar una familia que vive y transmite valores humanos a la sociedad.

19/9/18

¿crisis de fe?

PD1: Si hay un problema con la fe, hay que actuar…

Estoy viviendo una crisis de fe, ¿qué hago?

Enfermedades, divorcios, sufrimientos y desempleo pueden ser algunas de las tentaciones que el enemigo utiliza para hacer que las personas duden de la acción amorosa de Dios

La fe del cristiano es la gasolina que hace trascender los obstáculos y permanecer firme en Dios. Cada ser humano enfrenta luchas y sufrimientos, pero existe una diferencia entre el creyente y el no creyente: el sentido de la existencia humana.

El cristiano cree que, tras vivir las pruebas terrenales, en Dios él será recompensado con la salvación eterna. La vida sin fe conduce a la persona a la pérdida del sentido de su existencia.

En la Palabra de Dios, se encuentra la siguiente definición: “La fe es aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver”(Hb 11,1). Es decir, la persona espera, con una certeza que no tiene explicación humana, algo que no es palpable.

El Catecismo de la Iglesia católica, párrafo 153, afirma: “La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él”. Por lo tanto, es un regalo del Señor a sus hijos, es el camino que conduce al hombre a Dios.

Si la fe es esencial para alcanzar el cielo, entonces, el enemigo hará lo que sea para arrancarla de las personas.

“La fe puede ser puesta a prueba. El mundo en que vivimos parece con frecuencia muy lejos de lo que la fe nos asegura; las experiencias del mal y del sufrimiento, de las injusticias y de la muerte parecen contradecir la buena nueva, pueden estremecer la fe y llegar a ser para ella una tentación (CIC 164).

Enfermedades, divorcios, sufrimientos y desempleo pueden ser algunas de las tentaciones que el enemigo utiliza para hacer que las personas duden de la acción amorosa de Dios.

Al ser así, se inicia un proceso de alejamiento del Señor, experimentándose una crisis de fe en la que la existencia de Dios es cuestionada.

Pasos para superar la crisis

Primero: Pide ayuda a personas que estén maduras en la fe, como un sacerdote, un director espiritual o alguien que sea un referente para ti. Sé muy transparente y libre en tus cuestionamientos, ábrete a escuchar sus consejos.

Segundo: Sal de la escena para vivir, tras bastidores, el combate espiritual. Para quien es líder en la Iglesia, puede ser un tiempo de ceder el “cargo” para que otra persona ejerza su “función”, mientras tú pasas por la crisis. No es dejar de vivir las prácticas religiosas ni las actividades misioneras, sino cuidarse, para que la lucha contra el enemigo no sea desleal.

Tercero: Cuenta con el apoyo de las personas que, realmente, te aman y no te juzgan. Es una crisis que pasará, y si fuera bienvenida, producirá buenos frutos de salvación. Deja que las personas hablen lo que quieran, no te dejes llevar por los comentarios y juicios, sino comprende que, al final, tu juicio será entre Dios y tú.

Cuarto: Es importante comprender que Dios jamás violará las leyes humanas y la libertad que Él mismo les ha dado a sus hijos.

Por ejemplo: para que la enfermedad sea curada, es necesario que el tratamiento pedido por los médicos se haga. Si Dios quisiera curar instantáneamente, es misterio de fe. Es importante, sin embargo, que el enfermo, en su libertad, escoja hacer todo el proceso solicitado por los médicos.

Dios me ama y consuela

Mediante todas las oraciones no atendidas y las luchas vividas, ten la certeza de la fe: Dios te ama y consuela.

La madurez en la fe sucede cuando nosotros creyentes aprendemos que Dios no está obligado a hacer nuestras voluntades a la hora que queremos.

Lo que necesitamos es el amor y el consuelo de Él, pues “el justo vivirá por la fe” y “los que tienen fe para la preservación del alma.” (Hb 10,38-39)

18/9/18

mi libertad...

PD1: Dios insinúa y espera…, respeta mi libertad.

¿Por qué Dios no es más claro?

No presiona, no fuerza, espera, respeta, insinúa, seduce... y así es mejor

No creo que Dios sea un Dios de piedra que no actúa. No quiero pensar en un Dios que sólo me mira desde lejos y no hace nada al verme tropezar. No me gusta pensar en un Dios que no tira de mí y no me lleva en sus brazos.

Sé, tengo esa certeza: Dios actúa en mi vida. No permanece ausente y lejano viéndome tropezar.

Es mi Dios un Dios que me llama por mi nombre. Resuena su voz en mis entrañas. Y me dice que me ama.

Tengo claro que las decisiones que tomo en mi vida siempre tienen consecuencias. A veces me gustaría que no fuera así. Actuar a mi manera sin sufrir nada negativo. No es así. Decido, actúo y no siempre sale todo como yo quiero.

En mi vida siempre ha sido así. He tomado algunos caminos, he dejado otros. He acertado, me he confundido. Pero siempre mi Dios ha estado a mi lado. Nunca se ha desentendido.

Mi Dios no es un Dios mudo. Me habla, me insinúa posibles soluciones, o respuestas y me muestra cuáles son sus deseos, ese plan que me va a hacer más pleno y feliz. Pero me deja libre. No presiona, no fuerza, espera, respeta, insinúa, seduce.

Esa forma de actuar no es la mía. Yo no tengo tanta paciencia. No dejo actuar con tanta libertad. Quiero que se hagan las cosas como yo deseo. No me gusta sufrir. No quiero el dolor ni la prueba.

La prueba, el obstáculo y la dificultad constituyen un momento de verdad de los deseos. Mientras que, por el contrario, la ausencia de dificultades y una vida demasiado cómoda y tranquila no ayudan a hacer realidad el deseo, sino que, paradójicamente, hacen que se extingan las ganas de vivir[1].

Me hace más fuerte el camino que sigo. Creo más en sus planes que en los míos.

A veces creo saber lo que les conviene a aquellos a los que amo. Tal vez porque pienso que no saben lo que les conviene. Creo que no son capaces de decidir bien y quisiera yo decidir por ellos. Marcarles el camino, evitar sus posibles caídas.

Siempre recuerdo una película de ciencia ficción, Minority Report. En ella algunas personas nacían con una sensibilidad especial para ver el futuro. Sabían lo que iba a suceder. Se llamaban Precogs.

Con ese conocimiento la policía podía evitar muchos crímenes. Se podría así vivir en una sociedad sin mal. Todo se podía evitar mucho antes de que fuera a ocurrir.

A veces pienso que me gustaría tener ese conocimiento previo de la realidad. Así evitaría traspiés, y no caería en las redes de la tentación. No tomaría decisiones equivocadas. ¿Acertaría siempre?

Hay tanto miedo hoy a no acertar con la decisión. Hay personas que pretenden evitar el crimen mucho antes de que ocurra. No se fían, ponen demasiados límites y actúan impidiendo actuar.

Hay muchos padres que sufren con las decisiones inciertas de sus hijos. Temen por sus caídas. Les gustaría evitarles cualquier mal.

Me gustaría ser un poco así. Un poco como Dios. Con poder para intervenir y lograr siempre el objetivo marcado. Un Dios que actúa, que no se mantiene ausente. Un Dios capaz de hacer el bien, no un Dios impotente.

Esa imagen de Dios pasivo atormenta a tantas personas. No evita el mal, no salva a un ser querido, no hace posible lo que sueño y deseo. ¿No decía que me amaba?

Un Dios así puede cansarme o lograr que no lo ame. ¿Cómo se puede amar a alguien al que no le intereso? ¿Dónde está ese Dios que me lleva de la mano, o me sujeta en la palma de su mano?

Es un Dios sin capacidad para intervenir. No logra parar el mal. Esta imagen de Dios me quita la paz. No es mi Dios. El mío me habla muchas veces con palabras, con silencios, a través de personas, a través de sucesos.

Creo en ese Dios que incendió mi corazón con una pregunta vocacional que yo antes no tenía. Me hizo decir sí en una tarde de lágrimas.

Creo en ese Dios que camina a mi lado, corre, se detiene, abrazándome cuando dudo. Creo en ese Dios al que no decepciono nunca. Porque no espera que lo haga todo perfecto. Sabe cómo soy y ha puesto en mi camino personas y lugares donde reposar mi alma.

Creo en ese Dios que me quiere como soy, sin quitar de mí nada de lo que a mí me estorba. No ha evitado mis crímenes. No ha sujetado mis pies antes de la caída, ni mi mano antes del golpe. No ha apagado mis gritos que han herido. Ni ha calmado mis ansias en decisiones irresponsables.

Me hubiera gustado una mano deteniéndome a la puerta del pecado, del abismo. O un Dios fuerte sujetando mis arranques llenos de ira.

Pero se mantuvo quieto a mi lado, esperando. Respetando mi libertad más sagrada. Y así creo que ha sido mejor.

No ha evitado los crímenes que pudo prever porque lo sabía ya todo. No me ha soltado cuando la cruz ha herido mi piel tan frágil.

He notado su aliento cerca de mí cuando intenté alejarme. Me ha dado la esperanza como alimento diario. Una risa fácil para no ponerme tan serio, ni tan denso, ni tan crispado.

Me ha despertado de mis sueños de vanidad cuando mi ego ha crecido demasiado. Ha tejido en mi alma un lugar de luz en el que vivir tranquilo en medio de mis luchas. Un lugar lleno de fuego y calma al mismo tiempo.

Miro mi historia sagrada y doy gracias. Dios ha estado conmigo.

Como dice san Francisco de Sales: “Si todos los ángeles, todos los genios del mundo, hubiesen estudiado qué sería más útil en tal o cual situación, o de qué serviría este sacrificio o aquel sufrimiento, esta tentación o aquella pérdida dolorosa, no habrían podido encontrar nada más conveniente para ti que lo que te ocurrió”[2].

Creo en ese Dios que ha tejido conmigo mi historia. Ese Dios que me ha hablado y lo sigue haciendo. No siempre lo entiendo. Creo en ese Dios que me ama con locura. No siempre lo siento. Creo en ese Dios que ha actuado en mi vida. No siempre lo he visto.

[1] Giovanni Cucci SJ, La fuerza que nace de la debilidad

[2] J. Kentenich, Conferencias de Sión

17/9/18

crisis matrimonial

PD1: Poner remedio a la crisis matrimonial en cuanto se vislumbre… Es la forma de terminar con la lacra del aumento de divorcios.

Las 4 etapas en una crisis matrimonial

Una crisis de pareja comienza mucho antes de que caigamos en la cuenta de que estamos en ella

La crisis en el matrimonio comienza a destaparse lentamente, casi de forma imperceptible. Va arrojando destellos por aquí y por allá, pero como estamos tan metidos en el día a día no prestamos atención a ciertos detalles que nos van arrojando evidencia, señales de advertencia de que algo se está desacomodando en la relación.

Generalmente, las crisis matrimoniales vienen de una crisis personal. Es por eso por lo que se necesita de muchísima inteligencia humana y emocional para saber entender cómo está nuestra esposa o esposo.

Greg y Julie Alexander, fundadores de “The Alexander House Apostolate” comparten las 4 etapas de crisis en el matrimonio, a las que se debe prestar especial atención:

1. Cuando comienza la armadura a torcerse.

- Pequeñas diferencias comienzan a molestarte

- Comienza el diálogo interno de cómo tu cónyuge no es lo que esperabas

Antes, hasta el ruido que hacía al masticar te parecía una hermosa melodía. Y hoy no toleras ni su respirar. Si te pide que le sirvas la comida o que le cambies el foco piensas: “¡Inútil! ¿Acaso tú no puedes hacerlo?”.

Si estás en esta etapa necesitas hacer un parón y reflexionar: ¿Qué me está pasando? ¿Por qué me está irritando tanto? ¿Qué me está molestado?

Puede ser que tu cónyuge no sea lo que esperabas. Pero ¿acaso tú si eres lo que él/ella esperaba?

Necesitamos vivir en la caridad y con los pies en la tierra: si se casaron fue por algo, porque son pareja, es decir, iguales… o por lo menos muy parecidos.

2. Problemas en el paraíso

- Te sientes incómodo al compartir tus sentimientos con tu cónyuge

- Pretendes que todo esté bien, pero sabes que no

Es el típico de “para qué se voy a contar si no me va a entender”. Tu marido o tu mujer sabe qué te pasa algo. Te lo pregunta y contestas que no te pasa nada.

Esto es peligroso porque comienza la desconexión emocional. Es decir, estás aquí, pero tu mente y corazón no. La poca comunicación gira alrededor de los hijos o de temas triviales, pero no hablan de ustedes.

Si estás en esta etapa es importante que reconozcas que algo te está molestando y lo comentes con el otro pero con prudencia y caridad.

Recuerda que en el pedir está el dar y muchas veces no es que me digas “tonta”, sino la “tonta” manera que tienes de decírmelo.

Si algo está sucediendo necesitas tomar el control de la situación y hacerte responsable de la parte que te corresponde. Si no lo haces, al rato tronarás cual olla exprés y algo que podría resolverse fácilmente se agrava. Recuerda que la comunicación es vehículo del amor.

3. En el umbral

- Sientes que no hay conexión entre ustedes

- Empiezas a llenar el vacío con otras actividades y/o personas

Esta etapa es de gran peligro. Debido a la vulnerabilidad en la que nos encontramos, somos el blanco perfecto para dejarnos seducir por cosas o personas que nos ofrecen llenar nuestras carencias afectivas.

En pocas palabras, puede surgir la infidelidad. Y no me refiero solo a la afectiva o sexual, sino a dedicarle más tiempo a otras actividades o personas que a mi cónyuge.

Es decir, el tiempo que por derecho le corresponde se lo dedico a otras cosas que también me otorguen algún grado de satisfacción. Eso también es infidelidad.

4. Me voy de aquí

- Discutes constantemente... casi a propósito

- Te sientes drenado de energía, sin esperanza y agotado

¡Etapa peligrosísima! Piensas que todo es inútil, que ya no hay que esforzarse en la relación y que la solución es emprender la retirada. Se genera una ceguera emocional y espiritual y no deja ver más allá de los problemas.

Te puede interesar: ¿Harta de cargar con todo? 11 soluciones para evitarlo Si sientes que tu relación está en alguna de estas etapas ¡haz algo! y busca apoyo lo antes posible, no con amigas, sino con alguien profesional. Toda crisis tiene solución.

Trabaja en sanarte y sanar tu matrimonio, en reconstruirlo. Recuerda que tu crisis matrimonial debe servirte para perfeccionar el amor: si en las buenas te quiero junto a mí, en las malas te amo todavía más, aunque no lo sienta.

14/9/18

Amar lo que hacemos

PD1: Trabajamos por obligación, por un sueldo, o ¿nos gusta lo que hacemos? Este es el objetivo

¿Amas lo que haces? ¿O lo haces por deber?

Lo importante no es el cargo ni el sueldo. Lo que de verdad importa es el sentido que das a tu trabajo y la actitud con que lo haces.

Hay muchas maneras de arruinarse la vida, pero una muy sencilla es pensar que no estamos viviendo la vida que podríamos llegar a alcanzar. Ser el eterno insatisfecho produce la ruina interior. Es como ir recalentando el motor continuamente (no me hace feliz, no es lo que podría haber logrado…) y al final el motor se quema.

No es positivo conformarse con una vida mediocre, está claro. Pero no hablamos de eso. Hablamos de la persona que cuando no tiene trabajo se queja de que nadie está dispuesto a dar empleo, cuando lo consigue se queja de que cobra poco y que su trabajo es aburrido, cuando lo pierde dice que ya se lo imaginaba desde el primer día… Es lo que se llama “ser un cenizo”.

Todas las personas buscamos la felicidad, de modo que ese es un denominador común. El trabajo, además, no es un castigo sino un medio, un regalo que hay que cultivar y hacer fructificar.

La felicidad absoluta solo se encuentra al final del camino y para quien tiene fe solo está de forma completa en el cielo. Pero mientras tanto, a lo largo de la vida, cada episodio de nuestro libro vital puede estar escrito con alegría o con amargura, y eso sí depende de nosotros.

Depende de la actitud, dice Victor Küppers.

Y del sentido de la vida, dice Viktor Frankl.

Encontrar sentido a nuestros días y a nuestro trabajo es lo que nos da vigor para levantarnos por la mañana. Nos da fuerza para seguir adelante aunque estemos cansados o hayamos entrado en una fase de rutina que tiende a la fatiga emocional.

¿Cómo amar lo que hacemos cuando no hay aliciente?

¿Cómo amar lo que hacemos cuando es un trabajo con muy pocos alicientes o ninguno? ¿Cómo no desmotivarse?

La clave puede ser descubrir lo positivo de cada tarea. ¿Qué consigo yo en los demás con ese trabajo? Si limpio aulas, contribuyo a la educación de los niños que estudian ahí porque ven cómo se tratan las cosas materiales para que funcionen bien siempre. Si estoy en un servicio de informática, permito que todo el sistema funcione y las personas descarguen su estrés.

Ama el trabajo, tanto si eres un director como un becario, porque la felicidad no está en el cargo sino en la actitud y el sentido que le das a tu labor.

13/9/18

Corresponder al Amor de Dios

PD2: No esperemos un “mañana”, que quizá no vendrá, para encender nuestro amor por el Señor. ¡Carpe diem! Hay que vivir en cada segundo de nuestra vida toda la pasión que un cristiano ha de sentir por su Señor. Es un dicho conocido, pero que no estará de más recordarlo de nuevo: “Vive cada día de tu vida como si fuese el primer día de tu existencia, como si fuese el único día de que disponemos, como si fuese el último día de nuestra vida”. Una llamada realista a la necesaria y razonable conversión que hemos de llevar a término…

12/9/18

Hay que estar preparados

PD2: El Señor nos recuerda en el Evangelio que hay que estar siempre vigilantes y preparados para encontrarnos con Él. A media noche, en cualquier momento, pueden llamar a la puerta e invitarnos a salir a recibir al Señor. La muerte no pide cita previa. De hecho, «no sabéis ni el día ni la hora» (Mt 25,13).

Vigilar no significa vivir con miedo y angustia. Quiere decir vivir de manera responsable nuestra vida de hijos de Dios, nuestra vida de fe, esperanza y caridad. El Señor espera continuamente nuestra respuesta de fe y amor, constantes y pacientes, en medio de las ocupaciones y preocupaciones que van tejiendo nuestro vivir…

11/9/18

no esperes mucho para casarte

PD1: La gente no se compromete hasta que no lo ve muy claro. Nunca es fácil salir del hogar paterno y formar una familia. Muchos nos casamos con una mano delante y otra detrás… Fuimos capaces de criar a 9 hijos, con muchas dificultades, con sencillez, pero con toda la felicidad del mundo.

Ahora, los jóvenes se casan cada vez más mayorcitos, gran error. Para casarse no se debe esperar mucho:

Los millennials, esa generación que llegó a la mayoría de edad en los albores del siglo XXI, esperan más que sus antecesores para tomar la decisión de ponerse el anillo de bodas. Si entre los jóvenes de antes pasaba una media de cinco años entre el momento de conocerse y el de casarse, las parejas de 25-34 años se demoran seis años y medio.

La medición la realizó una fuente citada por el New York Times, y Melissa L. Braunstein, que escribe de familia y otros temas, reflexiona sobre el asunto en la web del Institute for Family Studies. Su consejo a los de esta hornada: que deberían formalizar sus relaciones cuanto antes.

Braunstein apunta que, en los años 70, las parejas se casaban a principios de la veintena –ellas a los 20,3 años; ellos a los 23–. ¿Por qué hoy tardan más? Entre los factores para que ese momento se esté postergando, la analista cita la creciente prevalencia de la cohabitación: según un informe de los CDC, en EE.UU., un 17,1% de las mujeres y un 15,9% de los hombres de 18 a 44 años vivían en 2015 en esa modalidad de unión.

“Es improbable que los estadounidenses vuelvan al modelo de los 70 en algún momento inmediato, especialmente los graduados universitarios”, reconoce, pero aporta seis razones por las que los jóvenes harían bien en darse el “sí, quiero” más temprano que tarde.

1. La cohabitación puede prolongar las relaciones frágiles. Es cada vez más frecuente que las parejas pasen a convivir poco después de conocerse, pero las que lo hacen sin un compromiso compartido pueden caer en la inercia, y la relación puede terminar disolviéndose.

2. El matrimonio y la felicidad van de la mano. Los casados son más dados a declarar en las encuestas que son felices. Cuando la General Social Survey pregunta a los estadounidenses sobre este punto, el 54% de las personas de bajos ingresos, el 56% de los trabajadores y el 65% de los de clase media dicen estar “muy felices” en sus matrimonios.

3. Demorar el casamiento no es un seguro contra divorcios. Antes de los 32 años, cada año adicional de matrimonio reduce las posibilidades de ruptura en un 11%. Para los que se casan después de los 32, estas se incrementan en un 5%, según análisis efectuados a partir del National Survey of Family Growth.

4. La espera ejerce presión sobre la fertilidad. A la biología no le importan nuestras preferencias personales o profesionales. Para cualquier pareja que desee tener una familia, ello significa que mientras más demore tener hijos, más difícil le será llegar al número deseado.

5. La perfección es como un unicornio. En la era de Instagram y Photoshop, que muestran vidas perfectas, es mejor enfocarse en alguien que te complemente, con sus fallos y demás. Una vez que encuentres a esa persona, no podrás imaginar no tenerla en tu vida.

6. La vida es breve. Si amas a alguien, asegúrate de que lo sepa. Celebra esa conexión interpersonal y no desprecies oportunidades de festejar y compartir tu alegría con los demás.

10/9/18

el sentido de la vida

PD2: La fe nos ayuda a entender el sentido de la vida: Dios está con nosotros y nos ama infinitamente. Podemos tratar de buscar un sentido materialista o consumista a la vida, que nunca nos llenará. Este es el verdadero sentido, el sabernos, por haberlo experimentado con la fe, que somos Hijos de Dios, y que nos quiere, a cada uno de nosotros, como nadie te puede llegar a querer nunca.

7/9/18

la evasión frente al descanso

PD1: El descanso del domingo según el Papa Francisco:

“Se debe distinguir entre el verdadero descanso y la evasión, tan común en nuestros días. Hoy se intenta evadir la realidad buscando una diversión que oculte nuestro descontento”.

Hay que ver el descanso como un día de contemplación y bendición. El domingo es día del recuerdo de los otros días de la semana y de hacer las paces con la vida. “¡Cuánta gente que tiene la posibilidad de divertirse y no tiene paz en la vida!”. “La vida es preciosa; no es fácil, y a veces es dolorosa, pero es preciosa”.

Hay que saborear las pequeñas cosas. Por ello, hay personas humildes y pobres que nos enseñan el valor de la alegría porque aprecian una “pequeña gracia” con una “felicidad que sabría a eternidad”.

Falso descanso

“La sociedad actual tiene sed de entretenimiento y vacaciones. La industria de la distracción es muy floreciente y la publicidad muestra el mundo ideal como un gran parque de juegos donde todos se divierten”.

“El concepto de vida dominante en la actualidad no tiene el centro de gravedad en la actividad y en el compromiso, sino en la evasión”. Ganar dinero para divertirse, satisfacerse. “El modelo de imagen es el de una persona exitosa que puede permitirse espacios de placer amplios y diferentes. Pero esta mentalidad se desliza hacia la insatisfacción de una existencia anestesiada de entretenimiento que no es descanso, sino alienación y escape de la realidad”.

“El hombre nunca ha descansado tanto como hoy, y sin embargo, el hombre nunca ha experimentado tanto vacío como hoy”.

Las posibilidades de divertirse son tantas: viajes, cruceros, pero no dan la plenitud del corazón. Por el contrario, no te dan el reposo”.

El sentido del reposo auténtico

“Dios hizo el mundo en seis días, y el séptimo descansó”. “Ese descanso es la alegría de Dios por su creación, que era muy buena”.

Francisco invitó a los cristianos a dar gracias a Dios, en su día, el domingo, y en “la eucaristía”, que significa “dar gracias”, “se encuentra el culmen de esa jornada de contemplación y bendición, en la que acogemos la realidad y alabamos al Señor por el don de la vida”.

Dar gracias a Dios “por su misericordia y por todos los bienes que nos concede” en la semana que ha pasado.

“El reposo es también un momento propicio para la reconciliación, para confrontarnos con las dificultades sin escapar de ellas, para encontrar la paz y la serenidad de quien sabe valorar lo bueno que tiene, incluso en el lecho del dolor o en la pobreza”.

6/9/18

cuando el cura comulga...

PD1: Este verano, la Misa diaria a la que asistía en Sangenjo la celebraba un sacerdote venezolano. Al comulgar él, nos decía: “Mientras el sacerdote comulga, recen por él y por todos los sacerdotes católicos del mundo”. Me quedé con esta copla, que creo es muy buena. Desde entonces, rezo por todos los sacerdotes del mundo cuando comulga el que dice la Misa y no me quedo ese rato en blanco, viéndole actuar sin más. Rezo por la fidelidad de los curas, por sus esfuerzos, por sus apostolados, para desagraviar por tantas cosas que la gente dice de ellos (¡Ay de esa fea costumbre española de hablar mal del clero!)…

El cura venezolano que nos tocó podía haber pedido porque hubiera más vocaciones, (hay que meter esta intención en otro momento de la Misa). Pero no, pedía rezos por los sacerdotes actuales…¡¡¡Te animo a que lo hagas!!! Necesitan de nuestro cariño y de nuestros rezos. No necesitan nuestras críticas, que ya tienen más que de sobra…

5/9/18

solo 5 minutos...

PD1: Septiembre, mes de los fascículos. Y si lo cambiamos por algo que nos sirva:

4/9/18

dar gracias y ponernos retos

PD1: En vez de quejarnos porque se hayan acabado las vacaciones y tengamos que volver a la rutina del trabajo, debemos hacer acciones de gracias, dar muchas gracias a Dios por este tiempo de descanso, de estar con la familia y amigos, del contacto con la naturaleza… Si te ha pasado como a mi que has disfrutado mucho estos días estivales, pues deberemos dar muchas gracias por lo bien que lo hemos pasado… Y animar a los demás, contarles nuestras experiencias. Y para este nuevo ejercicio, ponernos retos cumplibles, sensatos, buenos y positivos…