7/9/18

la evasión frente al descanso

PD1: El descanso del domingo según el Papa Francisco:

“Se debe distinguir entre el verdadero descanso y la evasión, tan común en nuestros días. Hoy se intenta evadir la realidad buscando una diversión que oculte nuestro descontento”.

Hay que ver el descanso como un día de contemplación y bendición. El domingo es día del recuerdo de los otros días de la semana y de hacer las paces con la vida. “¡Cuánta gente que tiene la posibilidad de divertirse y no tiene paz en la vida!”. “La vida es preciosa; no es fácil, y a veces es dolorosa, pero es preciosa”.

Hay que saborear las pequeñas cosas. Por ello, hay personas humildes y pobres que nos enseñan el valor de la alegría porque aprecian una “pequeña gracia” con una “felicidad que sabría a eternidad”.

Falso descanso

“La sociedad actual tiene sed de entretenimiento y vacaciones. La industria de la distracción es muy floreciente y la publicidad muestra el mundo ideal como un gran parque de juegos donde todos se divierten”.

“El concepto de vida dominante en la actualidad no tiene el centro de gravedad en la actividad y en el compromiso, sino en la evasión”. Ganar dinero para divertirse, satisfacerse. “El modelo de imagen es el de una persona exitosa que puede permitirse espacios de placer amplios y diferentes. Pero esta mentalidad se desliza hacia la insatisfacción de una existencia anestesiada de entretenimiento que no es descanso, sino alienación y escape de la realidad”.

“El hombre nunca ha descansado tanto como hoy, y sin embargo, el hombre nunca ha experimentado tanto vacío como hoy”.

Las posibilidades de divertirse son tantas: viajes, cruceros, pero no dan la plenitud del corazón. Por el contrario, no te dan el reposo”.

El sentido del reposo auténtico

“Dios hizo el mundo en seis días, y el séptimo descansó”. “Ese descanso es la alegría de Dios por su creación, que era muy buena”.

Francisco invitó a los cristianos a dar gracias a Dios, en su día, el domingo, y en “la eucaristía”, que significa “dar gracias”, “se encuentra el culmen de esa jornada de contemplación y bendición, en la que acogemos la realidad y alabamos al Señor por el don de la vida”.

Dar gracias a Dios “por su misericordia y por todos los bienes que nos concede” en la semana que ha pasado.

“El reposo es también un momento propicio para la reconciliación, para confrontarnos con las dificultades sin escapar de ellas, para encontrar la paz y la serenidad de quien sabe valorar lo bueno que tiene, incluso en el lecho del dolor o en la pobreza”.

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