6/11/13

a mí...

PD4:  Dios me quiere. Antes de que naciera, Dios me imaginó, me soñó, me quiso. Exactamente como soy, con mis defectos, con mis virtudes. Con mi carácter y mi genio. Imaginó mis ojos, mis manos, mi voz.
Y antes de nacer yo, me quiso tanto (a mí, sí, a mí) que se hizo Hombre, y pasó por el mundo haciendo el bien, y pagó por mi derecho a la vida eterna con su Cuerpo y su Sangre. Sabiendo lo que yo iba a hacer, se entregó a la muerte para darme vida. Y lo hizo solo por mí.
―Por todos, ¿no?
―No. Lo hizo solo por mí, y solo por tí y solo por tu jefe. Por todos, pero de una forma individual, no colectiva. Por todos, no. Por cada uno.
Y, según Dios había previsto, nací. Tal y como Dios me imaginó, hasta en el más pequeño detalle. Me dio ojos para mirar con ternura, manos para acariciar, labios para reír y para besar, voz para cantar nanas y decir te quiero. Y un cuerpo para amar y servirle. Y puso un trozo de Sí mismo dentro de mí, y yo le llamé Amor. Y me quiso tanto (sí, sí, a mí) que me dio la libertad para amarle o no. Y decidí no amarle, porque... No sé por qué. Y entonces utilicé sus dones para ser "libre": usé las manos para abofetear, los ojos para mirar con ira, la voz para insultar, y mentir, y el cuerpo para comprar sucedáneos de amor. Y durante todo ese tiempo, Él siguió mirándome, y deseando, activamente, que yo le quisiera. Y si por un momento hubiera dejado de quererme, yo no habría existido nunca. Y Él me siguió queriendo. Y me llamó. Por mi nombre, y me dijo: te amo, a tí, tal y como eres.
No tienes que fingir, no tienes que ser diferente. Es a ti a quien quiero. Déjate querer. Y descansa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario