3/4/20

Hoy es Viernes de Dolores

PD1: Empieza una semana que espero sea muy santa. Mira que tenemos tiempo de rezar y compartir. Es un momento muy distinto a otras semanas santas. Hay que aprovechar estos días a tope. Tendremos todo por la tele. Podremos hacer el Viacrucis con calma, asistir a los Oficios que más nos gusten (busca en Internet que hay mucho que se graba), podremos ofrecer nuestro encierro como penitencia por nuestros pecados pasados, y ser conscientes de que muchos lo están pasando fatal. Así que mucho ánimo y que este descanso encarcelado que tenemos te haga mucho bien. Podemos seguir sacando lo mejor de uno mismo, que esos magníficos ejemplos que vemos nos sirvan

En el siglo XIII, el Papa Inocencio III hizo esta bonita oración a la Virgen Dolorosa (traducida por Lope de Vega):

Stabat Mater

La Madre piadosa parada

junto a la cruz y lloraba

mientras el Hijo pendía.

Cuya alma, triste y llorosa,

traspasada y dolorosa,

fiero cuchillo tenía.

¡Oh, cuán triste y cuán aflicta

se vio la Madre bendita,

de tantos tormentos llena!

Cuando triste contemplaba

y dolorosa miraba

del Hijo amado la pena.

Y ¿cuál hombre no llorara,

si a la Madre contemplara

de Cristo, en tanto dolor?

Y ¿quién no se entristeciera,

Madre piadosa, si os viera

sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo,

vio a Jesús en tan profundo

tormento la dulce Madre.

Vio morir al Hijo amado,

que rindió desamparado

el espíritu a su Padre.

¡Oh dulce fuente de amor!,

hazme sentir tu dolor

para que llore contigo.

Y que, por mi Cristo amado,

mi corazón abrasado

más viva en él que conmigo.

Y, porque a amarle me anime,

en mi corazón imprime

las llagas que tuvo en sí.

Y de tu Hijo, Señora,

divide conmigo ahora

las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar

y de veras lastimar

de sus penas mientras vivo.

Porque acompañar deseo

en la cruz, donde le veo,

tu corazón compasivo.

¡Virgen de vírgenes santas!,

llore ya con ansias tantas,

que el llanto dulce me sea.

Porque su pasión y muerte

tenga en mi alma, de suerte

que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore

y que en ella viva y more

de mi fe y amor indicio.

Porque me inflame y encienda,

y contigo me defienda

en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte

de Cristo, cuando en tan fuerte

trance vida y alma estén.

Porque, cuando quede en calma

el cuerpo, vaya mi alma

a su eterna gloria. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario