11/3/13

sembrar y no cosechar

PD8: Insisto con lo malas que son las prisas. Siempre que hacemos algo queremos ver sus frutos… En la vida espiritual esto no funciona así. Nosotros sembramos al aire y a la oreja de cada uno que pasa por nuestra vida. Pero es Dios el que marca la pauta. Es Dios el que cosecha, no nosotros, pobres truhanes… Son otros tiempos, no son los tiempos nuestros, nuestra prisa por conseguir algo, por triunfar… Aquí no se triunfa, aquí se trabaja de seguido, continuamente, con una estrategia distinta a la de la vida material. Primero se pide por alguien, después se ofrecen cosas que nos cuestan por lo pedido (sonrisas regaladas, alguna mortificación…), se insiste en el punto uno y en el punto dos… Se insiste de nuevo en uno y dos… Y después se habla, se le dicen cosas al que se tiene que decir algo… Así se siembra en la vida espiritual… ¿Quién recoge la cosecha? Dios. Quizás sea dentro de 30 años y yo no lo vea, porque no tengo por qué verlo… También es bonito sembrar… En casa, don ejemplo es el mejor semillero.

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