13/5/21

pasar desapercibido, pero que se nos note...

PD1: Tras vacunarme ayer, me vino a buscar mi hija que es médico y trabaja en el hospital Puerta de Hierro. Me enseñó su equipo de médicos, 10 personas, su sala de reuniones matutinas, su cubículo donde trabaja, su cuarto donde recibe a los pacientes, su cuartito donde duerme en las guardias, su despacho donde atiende en urgencias.

Me enseñó la capilla, donde hicimos la visita al Santísimo. Ya sabes, ese saludo al Señor que hacemos muchos todos los días y que se basa en el Viva Jesús Sacramentado, tres padrenuestro, avemaría y gloria, y una comunión espiritual. Lo hicimos a medias, como lo hemos hecho siempre en casa. Me contó que cuando está de guardia, se acerca a la capilla y hace visitas y pide por sus enfermos y sus cosas…

Me estuvo presentado a todos su compañeros, los médicos colegas suyos, enfermeras, y todo el personal que trabaja con ella. Eran un montón y la querían mucho. Hubo una médico que me separó ya que quería decirme algo: que tenía una hija que era la bondad personificada, que era no solo muy buena profesional, sino que el trato humano que daba a los pacientes y compañeros era superior, que era ejemplar y que le había ayudado mucho en esos años que habían trabajo juntas. Eso lo sabía yo antes de que me lo contaran.

A mi hija le pasa lo que a mí, que no nos gusta que nos halaguen, que sabemos que lo que tenemos que hacer, y es lo que hacemos todos los días, por amor a Dios, y que todo es para su Gloria no para la nuestra. Nos encanta pasar desapercibidos, aunque a mi me gustó mucho ver lo que está haciendo en su trabajo, que no es solo trabajar, es mucho más, es ayudar a los demás, es darse…

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