11/7/11

esperanza y paciencia

...

PD6: Ayer escuche un sermón de la parábola del sembrador que me dejó muy pensativo y me encantó. Hay tres componentes: sembrador, tierra y semilla. El sembrador somos todos, el cura en su sitio, los padres de familia con sus hijos, los abuelos con sus nietos, cada uno en su apostolado…Para sembrar cualquier producto hay que tener dos características: esperanza y paciencia. Tanto para sembrar una planta, como la Palabra de Dios, como una inversión financiera, hay que tener esperanza, en que una vez que siembres alguien recogerá sus frutos. Puede que no sea el mismo que siembra, puede que se tarde más que una siembra anual. En el mundo espiritual, la siembra puede que se recoja en muchos años, en décadas. No nos debemos preocupar. La siembra alcanzará sus frutos, ahí está la mano de Dios. Nos pide que sembremos y Él se encargará de recoger la cosecha.

Además, no hay que sembrar a gritos. Desde aquí te pido perdón porque muchas veces insisto en mi siembra y me pongo pesadito. No es para ti, sino para otro que le pueda servir mi labor agrícola. Paciencia.

La tierra, que la define de cuatro tipos (en el camino, en el borde, en la malas yerbas y en buena tierra), somos todos nosotros. Y somos todas las tierras. Unas veces cogemos la Palabra de Dios a tope, somos buena tierra. Otras veces, somos malas yerbas,…

Y la semilla es lo que Dios nos dice. Germinará y crecerá y será fecunda. Qué bonito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario