8/7/11

hoy soy feliz

Es mi aniversario de boda. 23 años ya, se dice pronto. Mírala que guapa y radiante con sus polluelos (bueno, falta uno que se fue de pinguis el muy frescalis)


Pero hoy te quiero contar algo más que esto. La felicidad no es criar a unos hijos y tener la suerte de contar con una buena esposa que la quieras y te corresponda. La felicidad es un camino, es ir a un destino. Mi felicidad será plena si consigo llevarme por delante a todos al cielo.

Ya sabes que vivimos unos cuantos años, no muchos (vosotras más que nosotros que nos cascamos enseguida). Mi felicidad es ser consciente hoy que me iré a cielo cuando me muera. Estando en Gracia de Dios así será. En el otro mundo no tendré a mi esposa actual. No estaré con mis hijos tampoco. Lo que yo entiendo por irte al cielo es de tal calibre que es algo más que reunirte con tus seres queridos ya fallecidos. Qué no, que no es esto, gran error que piensan muchos.

No vamos al cielo a reunirnos con nuestros padres, abuelos y amigos muertos (alguno está esperando algún empujón desde el Purgatorio). Vamos a gozar de estar con Dios, de verle, de contemplar su grandeza… supongo que le veremos actuar y nos maravillaremos. Será para siempre, para toda la eternidad. Y esto son muchos miles de millones de millones de años…. Será mejor que poder volar, mejor que navegar, mejor que comernos un suculento manjar o ir a un buen hotel, mejor que cualquier viaje, mejor que un libro, que la música, que cualquier cosa placentera que se nos ocurra… Cuando nos empeñamos en llevarnos a la gente al cielo es para esto, para que no se lo pierdan, no porque pensemos que vamos a montar un picnic social allí.

Y sí, creo en la resurrección de la carne, espero que me toque mi cuerpo de cuando tenía 30 años que el actual está ya algo gastado. Creo que nos volveremos al Paraíso a estar con Dios, sin que podamos definir el sitio ni imaginarlo para nada, no es de las pelis, seguro.

Lo que se hace en esta vida es eso, preparar nuestro camino, el de nuestros conocidos y sobre todo, el de nuestros seres más queridos. Por eso estoy tan contento mujer mía. Porque sé que ambos lograremos nuestro propósito, que ambos conseguiremos irnos allá arriba bastante directitos. Nos llevaremos a nuestros hijos, a nuestros familiares y conocidos, casi seguro.

Hay que seguir rezando y dando gracias a Dios por ese pequeño cacho de cielo que nos ha dado en la Tierra. Pero hay que seguir preparando nuestro camino. Un beso muy fuerte, te quiero (a ella, bueno a ti también)

No hay comentarios:

Publicar un comentario