1/4/14

simpatía

PD9: Estoy seguro que Jesús era un hombre divertido, que se reiría con mucha frecuencia, que contaría chistes y anécdotas graciosas, que haría reír a sus amigos y familiares. Tenía un encanto especial y provocaba que le siguieran las masas, no sólo por ser el Hijo de Dios, el esperado, el que hacía milagros, el que sanaba a los enfermos, el que perdonaba los pecados, el que atendía a los pobres y los marginados, sino porque también debía tener un gran don de gentes, debía ser muy cariñoso con todos, y, sobre todo, debía ser muy simpático.

Y nosotros, como unos siesos, ¿vamos a relacionarnos con la gente sin sonreír? ¿Vamos a hablar con los familiares y amigos siempre tan serios? ¿No será que por eso no quieren saber mucho de nosotros? No me digas que no conoces un tío simpático que te apetece estar con él, porque te ríes de las cosas que cuenta, de las bromas que hace. Pero te hablo de esos simpáticos que no son soeces, que no se meten con un tercero para reírse de él, que no son graciosos porque digan tacos, o sean vacilones… Te hablo de esa gente que pasa a nuestro alrededor que provoca empatía, que apetece estar con ellos por su franqueza, por ser auténticos, por ser graciosos e interesantes… Así es como sería el Señor y así es como deberíamos ser todos…

No hay comentarios:

Publicar un comentario