5/12/13

MAL ASUNTO: no se tienen hijos...

PD4: O se tienen hijos, o tendremos problemas en pocos años… De www.familywatch.org:

“La falta de preocupación sobre la crisis demográfica que vivimos nos está llevando a un ‘suicidio’”

El francés Christophe Beaudouin es uno de los mayores expertos del continente en demografía, uno de los grandes problemas que afectan a Europa, en general, y a Galicia, en particular. El pasado viernes expuso en la Xornada Internacional de Sensibilización Demográfica que organizó la Consellería de Benestar las consecuencias de esta crisis “silenciosa”.

Un reciente estudio del Ine estima que Galicia perderá 148.000 habitantes, un 5,3% de su población, en diez años. ¿Es este un problema propio o afecta a toda Europa?
Ya no solo a toda Europa, sino que sucede lo mismo en todos los países desarrollados del mundo. El problema es que hay despreocupación demográfica, falta sensibilización, y eso nos está llevando a una especie de suicidio.

¿Por qué?
Porque hay un nivel de desnatalidad muy alto desde los años setenta. El número de niños que nacen ahora mismo en Europa no llega para garantizar la tasa de reemplazo generacional. Lo óptimo es que cada mujer tuviese 2,2 hijos, sin embargo la media europea es de 1,5 y en Galicia, aún peor, de 1. De hecho, en Europa la natalidad solo es dinámica en cuatro países: Irlanda, Francia, Reino Unido y Suecia. No basta. En Alemania, por ejemplo, la situación demográfica es catastrófica y, por ende, también la económica.

¿Cómo afecta a la economía?
Lo primero que hay que saber es que no hay ningún país que tenga un desarrollo económico sostenible basado en una población que está envejeciendo. Si tenemos más niños se estimula el mercado; hay más demanda de servicios... Una familia consume más porque tiene más necesidades, pero la gente mayor tiende a ahorrar y no gasta tanto dinero. La crisis demográfica no es la principal razón de la económica, pero sí una de ellas.

Galicia tiene una de las poblaciones más envejecidas del mundo, con una esperanza de vida de 82 años. ¿Existe alguna receta mágica para atajar el problema fomentando la natalidad?
No hay receta mágica pero sí varias soluciones que se deben combinar en todos los niveles: europea, estatal, regional, ciudades...
La clave está en que exista una política familiar estable y duradera a largo plazo. Está demostrado que la tasa de fecundidad aumenta en los países que la tienen porque existe confianza. En Francia, por ejemplo, gobierne la derecha o la izquierda, hay un consenso sobre este tema y los ciudadanos saben que el Ejecutivo se preocupa por las familias que quieren tener niños. Ven que hay ayudas familiares, subsidios, que se construyen guarderías... El resultado es claro: desde los 90 en Francia la tasa de fecundidad continúa estable.

Pero el problema demográfico no solo depende de la natalidad. La población en España y en Galicia también se prevé que decrezca porque con la crisis muchos extranjeros regresan a sus países de origen y otros ya no quieren venir.
De momento no es así. Entre 2012 y 2013 hubo un aumento de población en Europa de 1,2 millones de personas, de las cuales 900.000 fueron inmigrantes, un 80%. Pero no tenemos que pensar que ellos son la solución para conseguir un aumento demográfico porque se necesitarían de dos a tres veces más inmigrantes para garantizar el reemplazo generacional. Por eso lo que tienen que hacer España y otros países es buscar en sí mismos la solución. Y hay un razonamiento que resume lo que se debería hacer: los estados de la UE no tenemos que plantearnos qué mundo vamos a dejar a las generaciones venideras, sino qué niños vamos a dejar al mundo.

 

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