24/1/14

no seas quejica

PD7: Si hace frío, porque hace frío, y si hace calor, porque hace calor. Si llueve, porque llueve; si no llueve, porque no llueve. Y así por el estilo con los demás elementos de la naturaleza. Lo mismo ante la situación del país: todo sube de precio, nunca nos alcanza el dinero, nos aprietan más los impuestos, el gobierno no nos satisface, los políticos no nos convencen, las reformas aprobadas no son las convenientes, el trabajo no es bien pagado, la educación está muy deficiente, los maestros ya no viven su vocación, la corrupción corroe todo, la violencia no se detiene, los narcos todo lo invaden, vamos de mal en peor, los jóvenes andan perdidos… En la familia, son constantes las quejas de la esposa contra su marido, y de éste contra aquélla; de los hijos contra sus padres y al revés. Nos caen mal algunos parientes y vecinos, nos molesta su forma de ser, se nos hacen insoportables; no nos queda más remedio que tolerarlos, pero quisiéramos que no existieran…En la Iglesia, tampoco faltan quejas y acusaciones: que el párroco tiene mal carácter…
Es obvio que muchas veces hay razones para quejarnos; pero también es cierto lo que dice el Señor: que vemos más fácilmente la paja en el ojo ajeno, que la viga que llevamos en el nuestro. Pareciera que lo que nos hace aparecer importantes ante los demás es la crítica, la denuncia, que no siempre se hacen con suficientes elementos de prueba. No valoramos lo bueno que tienen y hacen los demás, sino sólo nos complacemos en quejas y lamentos. En vez de construir y generar esperanza, alentamos desconfianza y rechazo. Sólo es bueno lo que nosotros hacemos y pensamos. Así como podemos ser ingenuos y cobardes para denunciar lo que está mal, también podemos ser injustos al condenar lo que en el fondo desconocemos.

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