18/3/16

Europa es despreciable

PD2: Ni siquiera los cristianos podemos estar orgullosos de lo que está pasando… Es terrible y nadie hace nada, vergonzoso!!!

Despreciable Europa

Querida Europa, despreciable y egoísta Europa. ¡Mírate! Eres como el rico Epulón, distraída en tus vanidades, en tus riquezas venidas a menos, en tus banquetes, en tus bancos, en tus buenos coches, en tus vacaciones al sol y en tu estado de bienestar, que no es capaz de llorar y enternecerse por el estado de malestar de otros. Querida y despreciable Europa… ¡de nuevo en el ojo del huracán! ¡De nuevo mirando a otro lado!

¿Dónde estamos los europeos? ¿Dónde están los que lucharon por la igualdad, la libertad y la fraternidad? ¿Dónde estamos los que tatareamos la Marsellesa en solidaridad por nuestros hermanos muertos injustamente? ¿Dónde están las lágrimas que el 11 de marzo recordaron a la víctimas de Madrid, 12 años después? ¿Dónde están los griegos que claman justicia? ¿Dónde están los admirados nórdicos, que tan bien viven y a quien tanto envidiamos? ¿Dónde estamos los españoles que llenamos Madrid de asambleas y ruido un 15M, que rodeamos el Congreso, que luchamos por el pueblo, que conocimos la dictadura y el aplastamiento?

¿Dónde estamos los timoratos católicos de toda Europa que, una vez más, lloramos masivamente en nuestras casas, rezamos rosarios y ponemos velas a todos los santos, pero que somos incapaces de apoyar en la calle a los hermanos que están dando su vida ayudando en las trincheras, en los campos de refugiados, en las chapuceras habitaciones embarradas del corazón de nuestro continente? ¿Dónde estamos que no nos veo? El Señor vuelve a conducirnos por el camino entre Jerusalén y Jericó y, una vez más, vamos atareados, con prisa… no podemos pararnos con el hermano moribundo que necesita ayuda. Estamos enfrascados en nuestras Semanas Santas, con nuestros Via Crucis, con nuestros pasos y nuestros penitentes, con nuestras celebraciones, nuestros planes pastorales, nuestras actividades de colegio simbólicas y vacías… bonitas pero poco comprometidas.

¿Dónde estamos los católicos que nos lanzamos masivamente a la calle a defender la vida contra las leyes abortistas, contra el matrimonio homosexual, contra el divorcio…? ¿Dónde estamos los que consideramos la familia como el centro de la sociedad, el germen de la vida y de la humanidad, y que no levantamos la voz ante la tragedia de miles de familias rotas, tratadas como ratas, despojadas de dignidad, escupidas, azotadas y coronadas con espinas?

¡¿No nos damos cuenta?! ¡¿No vemos que es Cristo mismo el que, una vez más, ante los poderes del mundo, se presenta despojado de realeza, sufriente, sangrando, atormentado, ridiculizado, sin compañía?! Pero ¿qué estamos haciendo?

Querida y despreciable Europa. Tu bienestar no lo quiero. Tu cultura no la quiero. Tu pasado glorioso… Tu insigne historia… Tus valores civilizados… De nada sirven si dejamos morir al hermano que nos pide asilo, ayuda, refugio. Querida y despreciable Europa… reinas en la economía y eres el Cuarto Mundo en amor y solidaridad. Querida y despreciable Europa… mueres de miedo… y de vergüenza.

Un abrazo fraterno

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