3/3/16

te sientas en una piedra y escuchas...

PD3: Muchas veces cuando hago oración me encanta meterme en el evangelio. Ya sabes, lees primero un par de párrafos, una escena, y después te imaginas tu ahí en medio, con las sandalias de la época, con la barba larga, con mucho polvo, sentado en una piedra en mitad de ese erial que es y fue Judea, o debajo de un sicamoro o de una higuera en el vergel de Tiberiades, teniendo delante al Señor. ¡Con qué ojos más maravillosos les miraría a los discípulos! ¡Cómo sería su sonrisa! ¿Les tocaría, se saludarían de la mano, o se darían un beso? La cantidad de veces que repetiría el mensaje de amor a todos ellos. ¡Qué torpes serían para recordar lo que les decía, para entenderlo! Me meto y pienso en lo que haría yo después de oírle, a quién se lo contaría, qué enseñanza me quería decir Jesús con esa parábola, como lo puedo aplicar al día de hoy… Uff, si te metes y te sitúas como un espectador más, las escenas ganan en realismo y en profundidad…aprendes un montón lo que nos quiso contar el Señor. ¿Hace cuánto que no lees el evangelio? Anímate y dale una lectura sosegada. No tengas prisa en acabarlo, cada día un rato corto y meditado…

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