podríamos hacer lo mismo que Pedro

PD1: Qué diferente fue Pedro antes de Semana Santa que después. Antes negó al Señor tres veces. Después, gracias al Espíritu Santo que nos fue dado, obró maravillas… Ese Espíritu Santo, el mismo que le permitió ese cambio tan radical, es el mismo que se nos da a nosotros dos veces en nuestra vida: en el Bautismo y en el sacramento de la Conformación. Nosotros tenemos la misma fuerza espiritual que este pobre pescador que tanto dudó. Así que debemos hablar con valentía de las cosas de Dios, no nos debe dar miedo mostrarnos como cristianos, ya que tenemos la misma fuerza que los primeros apóstoles. No debemos pensar que nosotros no podemos hacer lo mismo que hicieron ellos. Podemos hacerlo: debemos hablar claro y sin miedo de Dios, y atraer hacia el Señor a los demás, con toda la fuerza que nos da el Espíritu…