28/11/11

si fuéramos capaces de reducir el hambre...

PD5: Como sabes, soy un especialista de inversiones. El suelo rústico, las fincas habían experimentado una fuerte subida en los años de boom inmobiliario. Ahora no se vende nada. Pero sin embargo, dependemos de la agricultura en gran medida. Alimentar a 7.000 millones de seres humanos y crear pienso para el ganado que nos tenemos que comer es tarea ardua. Dentro de muchos años seremos muchos millones de personas más. Seguiremos experimentando la hambruna actual, qué desgracia que seamos incapaces de solucionarlo. Pero el campo seguirá siendo una buena inversión a muy, muy largo plazo. Más intensivo el cultivo, pero también con la riqueza de otros países todo el mundo querrá alimentarse de cosas buenas, cultivadas como antaño, con ese sabor distinto… Sí y sólo sí fuéramos capaces algún día de que el hambre retrocediera…

¿Qué comeremos en Europa en 2050?

No es una proclama de ecologistas radicales. Es una resolución del Parlamento Europeo sobre el reconocimiento de la agricultura como sector estratégico en el contexto de la seguridad alimentaria. En ella se presentan unas estadísticas terroríficas, a saber:

Según la FAO, el crecimiento estimado de la población mundial (de 7.000 a 9.100 millones) exigirá un incremento del 70 % del suministro alimentario para 2050. Comida que no produciremos en Europa.

Paralelamente, la pobreza y el hambre siguen existiendo en la Unión Europea, donde 79 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza (60 % de los ingresos medios en el país de residencia) y en donde 16 millones de ciudadanos de la UE recibieron el pasado invierno ayuda alimentaria a través de organizaciones benéficas. Paradójicamente, en toda la cadena de producción, suministro y consumo de alimentos se tira a la basura hasta un 50 % de la comida.

Por otro lado, los ingresos de los agricultores se han reducido dramáticamente debido al incremento de los costes de producción y a que los ingresos agrícolas son significativamente más bajos (un 40 % menos) que en el resto de la economía, y que el ingreso por habitante en zonas rurales es un 50 % inferior al de zonas urbanas. Seguramente por ello sólo el 7 % de los agricultores europeos tienen menos de 35 años, mientras 4,5 millones se jubilarán en los próximos diez años sin encontrar relevo generacional a su actividad.

En resumen, los agricultores y ganaderos europeos son cada vez menos, más pobres y más viejos. Hemos externalizado algo tan importante como la alimentación en un mundo global, industrial y profundamente injusto, entregando nuestra soberanía alimentaria a las grandes compañías de distribución. Quizá compremos más baratas las alubias o los pimientos, pero nos estamos cargando nuestro futuro y el de nuestros hijos. Por que como este sistema falle un día, a ver de dónde vamos a sacar alimentos suficientes para darnos de comer a todos. Nos habremos olvidado hasta de cómo se plantan unas patatas.

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