20/11/11

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PD2: Macarrón: “Tengo 22 primos y mis hijos 6. En una generación la familia se reduce drásticamente

“En 25 años, los votantes pensionistas serán un ‘lobby’ poderosísimo en la democracia”
“Un desastre demográfico se cierne sobre España”. Este mensaje en apariencia apocalíptico es el que argumenta, explica y analiza con maestría Alejandro Macarrón en su nuevo libro. ‘El suicidio demográfico de España’, editado por Homo Legens, tira de estadísticas para advertir del grave e ignorado problema al que se enfrenta la sociedad moderna: la lenta espiral de la muerte. Un ejemplo meridiano lo da el propio autor. “Yo tengo 22 primos y mis hijos seis. En una generación la familia se ha reducido drásticamente”, afirma este consultor, ingeniero y ahora analista demográfico.

¿Cuáles son las “terribles consecuencias” del suicidio demográfico?
Hay un coste creciente de pensiones, de sanidad y de dependencia que es soportado por una población activa menguante. Y la falta de jóvenes y el descenso de población llevan, además, a un menor consumo, menor inversión y muchas casas vacías, lo que provoca a su vez la caída del precio de la vivienda. Cada vez hay además menos emprendedores. España ya está en ese proceso, de abierto declive demográfico, que se va a intensificar de forma dramática.
¿Por qué en España el invierno demográfico es más acusado?
El problema es prácticamente universal, pero la peculiaridad de España es que la natalidad ha caído de forma muy brusca a partir de 1977. Es una de las bajadas más rápidas de la fecundidad.
La caída de natalidad ¿tiene riesgos para la calidad democrática?
Dentro de 20 o 25 años, un 35% o más de los votantes serán pensionistas o personas cercanas en edad a serlo, y lo que más les va a preocupar es su pensión y el cuidado médico. Se convertirán en un lobby poderosísimo. Por tanto, pueden distorsionar la calidad de la democracia.
Señala también riesgos geopolíticos. ¿Cuáles?
Marruecos nos igualará o superará en población y ambiciona Ceuta y Melilla. En cuanto a población, ambas serán más y más ciudades étnicamente marroquíes, sea de quien sea su soberanía legal.
¿Qué comunidad es la que más sufre la debacle poblacional?
Asturias, y casi igual de mal Castilla y León, y Galicia. Ahora mismo están perdiendo población más de la mitad de las provincias españolas. Tuvimos un boom artificial de población de inmigrantes y ahora se están yendo más de los que vienen. En más de un tercio de provincias muere más gente de la que nace, y sin contar a los inmigrantes, esto pasa en dos tercios de ellas.
¿Cuáles son los culpables de esta situación?
La causa fundamental es el gran bienestar material alcanzado, que ha conllevado un cambio de valores, cuyo resultado es que nos olvidemos de tener hijos, que estos no sean una prioridad. El drama es que la gran mayoría de las mujeres y hombres de 40-50 años habría querido en España tener al menos un hijo más, pero no pueden porque llegaron demasiado tarde. Hace 35 años, las españolas tenían el primer hijo a los 25 años y ahora lo tienen con 31.
¿La política ha contribuido a hundir más la natalidad?
Nuestros políticos han hecho prácticamente todo lo contrario de lo que hacía falta para fomentar la natalidad. Casi todas las leyes que se han hecho en España en materia de familia han ido en contra de la natalidad. Y las pocas que teóricamente la protegen, no sirven para nada. Pero no se les debe echar la culpa de todo a los políticos, porque a nadie le obligan a no tener hijos.
¿Qué ley ha sido la más destructiva?
La del aborto, sin duda. La mitad de los niños que nos faltan para que haya relevo generacional en España son abortados.
¿Qué se puede hacer para frenar la espiral de la muerte?
Lo primero es admitirlo, porque aún no se le da importancia. Después hay que revalorizar la maternidad y dar mejor trato fiscal al que tiene más hijos y en pensiones, también. Pero no sólo a la mujer como propone el PP, sino también al padre.

 

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