27/3/12

educar, educar a todas horas, educar

PD6: Conozco a una que tenía sólo un hijo pero que le gustaba mucho montar a caballo (a ella). Al hijo no le hacía ni caso en su práctica de la equitación. El marido no ayudaba nada… Y ella, erre que erre, montando a caballo todos los fines de semana sin atender al chico. El niño fue creciendo y se hizo adolescente. Dejó de ser un niño obediente a medias, para convertirse en un perfecto pasota, enganchado en juegos de red, mintiendo a su madre como un poseso. Ella se desquicia con el hijo que le ha salido…

No nos damos cuenta, pero la vida pasa sin que nos demos cuenta, cada vez somos más viejos…, no nos perdona los errores que cometemos. El amor al prójimo parte de aspectos tan nimios como anteponer aficiones personales por la educación de los hijos. Ojo, no te digo que esa buena mujer no deba montar a caballo o lo que le pete; pero su responsabilidad es educar a su hijo en virtudes y valores, en educarle para que no tenga una pubertad mala… La cantidad de saliva que gastamos los padres en este empeño.

Educar es hablar, es contarle todo, estar diciendo lo que se debe hacer y sobre todo, diciendo lo que no se debe hacer. No se trata de hacerse el colega de los niños. Educar es enseñarles a decir que no, formarles (lo que les cuesta a los padres corregir los excesos de los hijos (es más cómodo no hacer nada, se equivocan pensando que se le pasará)). Es cansadísimo educar, todo el día diciendo esto y aquello, sin que el niño te mande a freír monas, haciéndole cómplice del proceso educativo. Con constancia y paciencia, pidiéndole ayuda al Señor para esta difícil y bonita tarea que nos ha encomendado. Tenemos un préstamo, los hijos, y los tenemos que cuidar y mimar. No son hijos nuestros, son hijos de Dios…, así que nos jorobamos y les educamos bien, que para eso los hemos tenido.

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