23/3/12

para mover montañas...

PD11: La mortificación debe consistir en hacer la vida más agradable a los demás. No se trata de no tomar azúcar, ni apoyarnos en el respaldo de la silla. Eso está muy bien, pero el truco reside en ser generosos con el prójimo, en quererles un poco más: esa sonrisa al que no conocemos, ese saber contestar, esa paciencia cuando nos interrumpen… Ese cúmulo de ofrendas a Dios nos sirve para que nuestra oración sea más efectiva.

Hay mucha gente piadosa que reza nosecuantospadresnuestros. Cuando yo creo que el mejor vehículo de llegar a Dios con nuestras peticiones es a través de la oración mental, esa charleta íntima con el Señor donde les contamos nuestros problemas, le pedimos su opinión y ayuda, le damos gracias y adoramos…, le escuchamos lo que nos quiere decir (¡cuántas cosas nos cuenta…!), que unida a la mortificación llega directamente allá arriba.

Antes de hacer nada, oración y mortificación; luego acción: movemos montañas y lo que se nos ponga por medio…

No hay comentarios:

Publicar un comentario