9/2/12

gayumbos y calcetines

PD10: Siguiendo con lo comentado ayer, el cuidar las cosas pequeñas durante todo el día es lo que me hace acercarme a Dios. Esa sonrisa al desconocido que te cruzas, ese cerrar la puerta con cuidado para no hacer ruido, ese meter la taza en el fregadero, ese hablar con los conocidos, de lo que sea, de lo que les guste, con cierta alegría, esos chascarrillos, ese poner la mesa sin hacer ruido de platos, ese tener una cena agradable, buscando temas de conversación entretenidos y formativos, ese intento de estar simpático, de tener un hogar alegre, ese hacer las tareas de casa…intentando hacerlas bien…ofreciendo todos estos pequeños detalles, todas estas cosas pequeñas, es la forma, creo, de ser mejor.

Mis tareas de casa son apasionantes: emparejar los calcetines y gayumbos, y guardarlos. Tenemos la suerte de tener una asistenta que viene unas horas por la mañana. Ella se encarga de la limpieza y la plancha. Mi mujer que es profesora, curra fuera de casa. Total que en ese reparto de tareas a mi me tocó la parte fácil: la ropa interior… Como sabes, somos muchos y este afán requiere cierta dedicación que yo intento hacer con esmero. Conseguí que mi doña me pusiera marcas de colores para diferenciarlos. Pero qué trajín, todos salen dados la vuelta, salvo mis ejecutivos que son reversibles. Imagínate, cada semana: 7 días x 10 personas son un total de 140 pares de calcetines y unas 100 prendas íntimas y gayumbos asquerosos. Agotador. Y semana a semana, siempre el mismo trabajito… Esto me pasó por hacerlo el primer día…, me tocó para siempre. Ese, “¿en qué te ayudo?”, necesario cuando tienes a tres bebes con pañales, es lo que tiene. Pues es “mi cosa pequeña de cada día”, esa que intento hacer bien todos los días, aparte de intentar que te eches unas risas con las memeces que te cuento…

 

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